15 | Turismo y Deporte

Raíces pucelanas a miles de kilómetros

Iñaki Martín | Mozambique
18 de Mayo de 2012
Imagen de sgarcia
Escrito por
Sara García


Su pasión es el baloncesto y ha hecho de la afición su profesión. Un trabajo de entrenador que le llevó a miles de kilómetros de su Valladolid natal. En 2009 se va a Mozambique, lleva a lo más alto al equipo Maxaquene deMaputo, y le encargan digirir a la Selección. Pero su aventura africana terminó, está agradecido y satisfecho, pero su lugar está aquí. "Me gustaría estar en el baloncesto español, aunque lo veo muy dificil, los clubes cada vez contratan a menos entrenadores, es más fácil encontrar algo fuera pero... ¡a quién no le gustaría entrenar en su ciudad!"





Él es Iñaki Martín, como él dice: "soy entrenador de patio de colegio". Lleva muchos años entrenando en Valladolid, lo que reconoce le ha ayudado a formarse, prácticamente funda el Ponce masculino, y ha pasado por Laguna, Forum..."La única categoría que no he pisado es la EBA, LEB ORO y ACB". Tras una época exitosa en Lobos Cantabria, esperó a ver si el equipo se salvaba económicamente, pero finalmente "la crisis se cargó al equipo y un agente me ofrece lo de Mozambique". Lo toma como el gran reto de ser primer entrenador.



"La idea de Mozambique la vi como un paso adelante, y a mí siempre me han gustado los retos!".









Deportivamente, nada más llegar no puede imponer sus pensamientos, pero se encuentra con un baloncesto que no es profesional. "El mejor equipo entrena 3 sesiones a la semana, todos los equipos por decreto descansaban los miércoles. Había una total desorganización", asegura. Conclusión: empezar de cero, y una cosa tenía clara Martín: "Tienes que ir con otra mentalidad y tener una paciencia infinita, y sobre todo, quitarte el chip de que eres un entrenador profesional de España".




Como todo, los comienzos no fueron fáciles, el joven entrenador reconoce que el primer mes fue muy duro, se preguntaba qué hacía allí, solo, sin su familia y amigos, a pesar de que asegura que es un "sitio excepcional para pasarlo de vacaciones con la pareja o amigos, Mozambique es el Beverly Hills de África, Nigeria tiene mucho nombre pero no puedes estar tomando una copa a la 1". Pero él estaba allí para trabajar y eso es lo que hizo. "El primer año me lo tomé absolutamente profesional, del pabellón al residencial, donde había lavandería, restaurante, gimnasio, piscina...Sólo salía cuando el vicepresidente me invitaba a su casa o el segundo entrenador a tomar una cerveza", dice, aunque el segundo año ya se abrieron un poco más, y había americanos que Martín ya conocía de Cantabria y Palencia, por lo que ya no se encontraba tan solo. "La gente es muy agradable, cariñosa, pero quedan siempre demasiado bien, no sabes muy bien lo que piensan", dice.




Sobre todo fue duro en lo personal, por no tener el apoyo de la familia o amigos, no tener casi vida social, y porque ellos tienen otra mentalidad. "Es una sociedad que vive al día, no entienden de futuro, de hipotecas... y yo llego allí con 30 años, que me criticaron mucho por esto, había jugadores más mayores que yo". Aunque afirma contundente que "es lo que nos toca a los profesionales si quieres vivir del baloncesto y no me arrepiento en absoluto".



"Me adoraban más que profesionalmente porque les escuchaba y atendía personalmente".


Esa otra mentalidad también está en el trato entre el entrenador y jugadores. Ellos marcan una diferencia de que estás a otro nivel que ellos, y de repente, ven que el técnico vallisoletano les pregunta cosas personales. "La primera Navidad que paso fuera de casa, me invitaron a una localidad costera con una fiesta increíble en Nochevieja. Me hicieron muchas fotos porque no se creían que un seleccionador estuviera inmerso en una fiesta suya. Me adoraban más que profesionalmente (y eso que la plata en masculino fue un logro), porque escuchaba a todo el mundo, les atendía, me tomaba un café... Ellos lo valoran mucho porque veían inalcanzable a un europeo". Y añade: "Aunque ellos también te enseñan que no puedes estar tan agobiado, ni que siempre tienes la razón, aquí todos aprendemos de todos", sentencia.







Había otros probemas relacionados con el deporte, como que cuando llovía no podían entrenar porque había goteras. Y esa otra mentalidad se notaba en cosas como el momento en que "me dicen que me vaya 3-4 días de minivacaciones a una playa para que me relaje... eso no pasa aquí". Martín reconoce "soy muy temperamental, veía mucha injusticias, el comité de árbitros no está controlado...muchas veces me he tenido que poner en mi lugar, y la he liado, luego me he arrepentido, claro", dice.



"El éxito fue más de los jugadores porque cambiaron el chip".




A pesar de no jugar con un estilo europeo, él trasladó un modelo lo más europeizado posible, y eso también lo valoraron. "El primer campeonato que ganamos el éxito no es mío, llevaban 4 años sin ganar, los jugadores tuvieron más mérito porque cambiaron el chip", incluido lo de entrenar todos los días que a la larga comprobaron con los resultados positivos.




En total, su estancia se divide en tres épocas. En 2009 está de septiembre a diciembre, el año siguiente de agosto a diciembre y después con la Selección tres meses también. "A lo mejor si me hubieran ofrecido periodos más largos, me hubiera echado atrás". Así, siempre podía volver. Y cuando llegaba a Valladolid la frase que más escuchaba era "¡qué suerte!".



"Siempre estaré agradecido, pero mi casa es Valladolid".




Martín es sincero: "Siempre se lo voy a agradecer a la Federación y al club, pero que nadie se engañe, que soy español y de Valladolid. En el trato personal no he podido tener nunca ninguna queja, me han dado muchísimo cariño y estaré eternamente agradecido, pero Mozambique está a 12.000 km de mi casa. Está claro que en casa lo doy por perdido, pero las puertas no están cerradas".




¿Y en el futuro? "Hay equipos de Angola que han preguntado por mí y también el mercado de Portugal, pero me gustaría estar en el baloncesto español", asegura.




Y como todos, al volver, lo primero que comió fue la añorada tortilla de patata...