De ruta por Tierra de Pinares

A pesar de haber nacido en pleno barrio vallisoletano de San Andrés (calle Niña Guapa, 26 septiembre 1942) quiere promocionar el lugar donde vivió 30 años: Tierra de Pinares, con su corazón en Pedrajas de San Esteban y los municipios de su entorno. “Porque es una comarca llena de vida, de verdor y de gentes muy laboriosas y porque en ella viví 30 años de mi vida, donde disfruté de todas sus realidades”, afirma.

Si le preguntas por un monumento o rincón especial para él de esa zona, el presidente del Balonmano Valladolid no se olvida de recomendar “contemplar la masa arbórea de sus profundos pinares”, pero detalla que siempre recordará la Ermita de la Virgen de Sacedon, su fuente de agua "milagrosa", su encanto de las riberas del Eresma.

Pero no solo habla de Pedrajas, sino de toda la zona que abarca más pueblos de alrededor y que también le gustan y de los que destaca diferentes cualidades: la nobleza de las calles de Pedrajas y sus pinares; Olmedo y toda la historia que encierra sus murallas, Cogeces, Megeces, Iscar, pueblos cercanos de Segovia que destacan por su “laboriosidad”, dice.

Tanto es así que nos elabora una ruta por esos pueblos que tan bien conoce, con las mejores paradas que debe hacer el turista, tanto para visitar como para comer. Estas son sus recomendaciones: salir de Valladolid hasta el municipio de Olmedo. Desayunar en su Plaza Mayor unas ensaimadas de Frías y un cafetito donde Sindo. Hay que visitar el Parque de Maquetas después de haber recorrido las calles del lugar.

Tomar la carretera hacia Pedrajas y parar en su ermita de la Virgen de Sacedón donde un buen trago de agua fresquita hará un manjar al turista. Bajar por los senderos de las riberas del Eresma y gozar de las bondades del lugar. Continuar hasta la Plaza del municipio donde se podrán degustar las tapas bien preparadas por los bares de su entorno y regar un verdejo de La Seca, donde no duda en añadir:


Compramos unos empiñonados donde Raúl y comemos un parrito donde nuestro amigo Mayoral.

Otro recorrido por la zona deportiva y piscina donde podemos presenciar y hasta participar tal vez en un partido de frontón… y con las manos calentitas cogemos nuestro vehículo y por la ruta de Alcazarén volvemos por la general rumbo a la ciudad. Y aún puedes hacer una paradita en el Casino de Boecillo y hasta con un poco de suerte puedes volver más contento que unas castañuelas a casa, y sino, al menos, habrás visitado el Palacio de los Condes de Gamazo que es "la mar de coqueto".

Pues poco queda añadir a este magnífico recorrido que nos ha preparado Dionisio Miguel Recio, salvo sugerencias para comer algún plato típico. Reconoce que le gusta la cuchara: “Esas alubias con añadidos que hace mi mujer, ese arroz a las mil variedades que se presentan en la mesa familiar”. Pero fuera de ese entorno, siempre que puede se desplaza para consumir un “parro”, “ese pato doméstico que se cría en la zona y se consume en sus restaurantes”.

Centrados ya en la parte más deportiva, el presidente desde 2005 recuerda las instalaciones que usaba hace ya “varios cientos de lustros” situadas en el Camino del Cementerio, la pista de la Juventud y también la pista al aire libre que hubo en las Moreras (antiguas piscinas Samoa).

Y, a pesar de que el equipo de sus amores juega la mayoría de los partidos en la llamada “caldera” por el ambiente especial que se vive en el pabellón Huerta del Rey, el dirigente no duda en asegurar que no le gusta “porque es más arcaico que el catarro”, aunque para su “suerte” debe ir muchos días.

Sin embargo, es el evento deportivo que destaca entre todos los de la ciudad, por supuesto. Las competiciones deportivas del Cuatro Rayas Valladolid.


Y añade: "Después de ese balonmano que he dicho, soy muy forofo también de las retrasmisiones de atletismo”. Pues ahí le dejamos, en casa o en el palco de Huerta del Rey, recorriendo los pueblos vallisoletanos o animando a su equipo de balonmano.