El equipo femenino del Club Valladolid Tenis de Mesa, en Vasa Arroyo. FOTO: Mariano González
El equipo femenino del Club Valladolid Tenis de Mesa, en Vasa Arroyo. FOTO: Mariano González
El equipo femenino del Club Valladolid Tenis de Mesa, en Vasa Arroyo. FOTO: Mariano González
María, Marta, Rebeca e Islam, en un Twizy de Vasa Arroyo. FOTO: Mariano González
T.mesa  |  CDO Vasa Arroyo

El comienzo de una nueva historia

17 de Diciembre de 2014
Escrito por
Alex Arenas
El decano del tenis de mesa español, referente durante años, reconocido por todo el mundo de este deporte. Pero la complicada situación económica general pesó demasiado y hubo que dar un paso atrás. Y fue algo voluntario, porque el Club Valladolid Tenis de Mesa podría haber mantenido una idea irreal, gastar lo que no se tenía y, como han hecho otros, acumular impagos por doquier. Pero no, el equipo capitaneado por Inmaculada Gato hizo caso a la clase política, que abogaba por un control y una reducción del gasto, y decidió que la temporada 2014/2015 iba a competir en División de Honor después de 32 años en la Superdivisión.


Y es que sólo conociendo la enorme historia que hay detrás del Club Valladolid Tenis de Mesa se consigue comprender cuan duro y difícil fue este descenso. Allá por los tempranos ochenta, con la propia Inmaculada Gato como jugadora, el club vallisoletano se plantaba en la primera categoría nacional. De la mano de Deportes Blasco, patrocinando el equipo con poco más que ropa deportiva (“y tan contentas que íbamos”, recordaba Gato), se daban los primero pasos hasta llegar a finales de la década, cuando Lauki y Helios identificaron el tenis de mesa en Valladolid a lo largo de toda España: “Estuvieron con nosotros 17 temporadas. Esa fue la época fuerte, cuando comenzamos a ser un club más potente. Rompimos a jugar a nivel internacional, a luchar por el título de liga.


Después, llegó Collosa para nombrar al club, contando trece campañas apoyando pero, el año pasado, tuvo que dejarlo. Entonces fue Vasa Arroyo quien decidió apostar por el tenis de mesa en la ciudad. Esta empresa del sector de la automoción, que ha demostrado sobradamente su apuesta por el deporte en Valladolid, supone un empujón vital para el club en esta nueva aventura, una nueva historia que se escribe con la esperanza de seguir formando jugadoras, disfrutando del tenis de mesa y paseando el nombre de la ciudad a lo largo y ancho del territorio español.


“2012 fue un año muy duro”


Fue en ese instante cuando Inmaculada Gato y todo el organigrama del club se dieron cuenta de que la situación era insostenible. Y es que en diciembre de 2012 se recibió la noticia de la reducción drástica de las ayudas administrativas y la pérdida de patrocinadores, con lo que “tuvimos que concluir el año como pudimos”, explicaba la presidenta. “Al final de temporada decidimos que no podíamos continuar, renunciamos a la Superdivisión para competir en División de Honor”, explicaba Gato con un deje amargo en la voz, ya que “sólo nosotros hemos hecho lo que mandaron los políticos”.


Los años en que llegaban jugadoras chinas, rumanas, griegas, en definitiva, la élite del tenis de mesa europeo, son cosa del pasado. Y es que la profesionalización extrema de este deporte no ha podido ser asumida por el Club Valladolid Tenis de Mesa.


Una de las mejores canteras de España


Pero esta nueva aventura en División de Honor tiene sus cosas positivas, ya que han pasado de perder los partidos sin oposición a competir, y ganar, a equipos muy potentes con jugadoras extranjeras. Porque el equipo que forman María Ramírez, Marta González, Rebeca Pérez y la benjamina del grupo, Islam Moukafih, de entre 18 y 22 años, están “en su liga”, compitiendo y demostrando el gran nivel que han adquirido gracias a las sesiones de entrenamiento que desarrollan todos los días en las instalaciones del Río Esgueva: “Este año están disfrutando más. Ganamos partidos, con todos los equipos tenemos opciones pero la gente tiene que madurar”, declaraba Inmaculada Gato, quien destacó una de las claves de un equipo en el que destaca la amistad y el buen ambiente: “Éramos un club familiar y ahora lo somos más todavía”.


El futuro del Vasa Arroyo de tenis de mesa es prometedor, con una cantera prolífica y que está trabajando a muy buen nivel con presencia en selecciones inferiores. Pero del ascenso, ni palabra: “La idea no es ascender todavía, nuestra situación no ha cambiado. Hemos conseguido que Vasa y CDO nos apoyen y eso es importantísimo para nosotros. Hay que estabilizarse”, analizaba la presidenta Gato. Una nueva historia se escribe en el tenis de mesa en Valladolid, su impacto ya se hace notar en la ciudad.