Rotaciones para el duelo de la ira

La afición está más quemada que la moto de un hippie y sólo resta comprobar como exhibe su pesadumbre mañana ante tamaña vesania cometida para encajar la primera jornada aplazada por la huelga de futbolistas. Eso sí, lo harán los que puedan ir, puesto que a ver qué excusa se inventa uno para que en la empresa concedan el asueto necesario como para acudir a Zorrilla. El club ha intentado ponerlo fácil regalando entradas a los socios, pero, aún así, se estima que poco será el público que atraviese los tornos del coliseo blanquivioleta. Ojalá nos equivoquemos...

"Se están cargando el fútbol". Una frase repetida hasta la saciedad por una hinchada minusvalorada y que, a buen seguro, seguirá apoyando incondicionalmente a su equipo, un Real Valladolid que, tras la convocatoria ofrecida este lunes por Djukic, renovará su once titular y ofrecerá descanso a jugadores fatigados como Nafti y Nauzet.

Ambos se han caído de la lista, al igual que los canteranos Mongil y Felipe una vez Tekio y Marc Valiente están disponibles. El primero ya cumplió el partido de sanción, mientras que el segundo está en plenas condiciones tras superar la fractura con hundimiento de los huesos de la nariz de la que fue intervenido hace justo una semana.

Los que no estarán son Juanito, Varela y Lázaro, lesionados, y el resto de jugadores apartados de la convocatoria por decisión técnica: Razak, Aquino y Jorge Alonso. La sorpresa llega con el internacional portugués sub 21 Saná, quien entra por vez primera en una citación oficial blanquivioleta, y con Marquitos, que regresa tras caerse de la llamada ante el Numancia. Así pues, la convocatoria la completan Jaime, Dani, Peña, Balenziaga, Rueda, Valiente, Tekio, Á.Rubio, Baraja, V.Pérez, Óscar, Saná, Marquitos, Jofre, Sisi, Bueno, Manucho y Guerra.

Gladiadores que se resisten a morir en la arena, como vienen cerciorando en los últimos cuatro encuentros, en los que han sido capaces de empatar (a domicilio) y remontar (en Zorrilla), los goles iniciales de sus rivales.

Vestigios que certifican que este Valladolid es valeroso y su casta recia. No se derrumba y es capaz de reponerse hasta conseguir su objetivo. Pero el que juega con fuego acaba quemándose y esta garra no resulta óbice para que haya que empezar a ganar los partidos sin sobresaltos, sin emergencias que obligan a que aflore el coraje mayúsculo de este grupo.

Asimismo, y como reclamó Djukic en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Numancia, el equipo debe ganar fluidez ofensiva. Claridad en las transiciones y una mayor precisión para que sus dilatadas posesiones sean más mortíferas y su terrorífica pegada se aproveche mejor. Una cuestión que no es fácil, lo sabemos, pues los adversarios también juegan y han estudiado el manual de instrucciones, en el que aparece el botón mediante el que se desactiva el juego de este Valladolid.

Resta comprobar si el Alcoyano, conjunto recién ascendido y que llega a Valladolid con dos derrotas consecutivas que le colocan decimoquinto con 9 puntos en su casillero, es capaz de encontrar esa tecla o, por contra, el Real Valladolid, cuarto clasificado con 16 puntos, impone su mayor categoría y su empeño por hacer de Zorrilla un bastión inexpugnable, donde acumula dos triunfos consecutivos (Elche y Numancia).

Dicen que no hay dos sin tres... ¡Alea jacta est!