Zorrilla brilló el día que Gavi se llenó de oscuridad
Estadio llena, ambiente festivo, buena temperatura, clasificación conseguida. Todo fue perfecto en el regreso de España a Valladolid, salvo por la grave lesión del azulgrana Gavi. Un jugador que recordará Zorrilla como aquel lugar maldito donde dijo adiós a la temporada, a la Eurocopa y tal vez a los Juegos Olímpicos.
Fue, sin duda, el lunar a una noche mágica donde la afición vallisoletana disfrutó con el juego de los hombres de Luis de la Fuente. Y eso que Georgia quiso amargar la fiesta con el tanto del empate. Fue un espejismo, porque el control del partido era local y los cánticos que se oían en la grada eran de los españoles, siempre y cuando la megafonía no te hubiera dejado sordo con la presentación de los dos equipos y los himnos nacionales.
A los tres minutos De Lormand ya había marcado para España, aunque hubo que esperar al segundo tiempo para que se rompiera de nuevo la igualdad y se lograra el definitivo 3-1 que dejaba a la selección como cabeza de serie para el sorteo de la próxima cita europea.
Mayores, pequeño, aficionados, simples curiosos y algún que otro georgiano simpático se sumaron a una bonita jornada de fútbol que en nada se parecía a la tensión de los partidos del Pucela en los últimos meses.
No hubo peros, salvo esa lesión de Gavi que anuló incluso la más que merecida valoración positiva de los medios nacionales a la perfecta organización de la Federación de Fútbol de Castilla y León y el Real Valladolid. Y es que la lesión lo ensombreció casi todo.