Valladolid se vuelve a echar a la calle
Pero toda alegría suele ir acompañada de sufrimiento. Contra el Valladolid no fue hasta el descuento cuando se pudo conseguir la gesta del ascenso, y en esta ocasión fue a cuatro minutos para el descuento cuando Oyarzabal lograba ese definitivo 2-1.
Valladolid se echó a la calle para vivir en comunión la gran final. Si hubiera sido en el estadio Zorrilla también se habría quedado pequeño, pero fue la Acera de Recoletos el lugar elegido.
Miles de aficionados se reunieron para compartir tensión en una igualada primera parte, alegría con el gol de Nico al inicio del segundo tiempo, frustración con el empate de los ingleses y estallido de júbilo con el tanto de la victoria.
La noche será larga y el lunes será duro, pero el esfuerzo bien mereció la pena.