4-1: La indolencia rompe la Copa
Adiós a la competición copera. El Real Valladolid se despidió por méritos propios de una competición que acostumbra a ser un sueño para los equipos modestos, pero que para los blanquivioleta terminó siendo una auténtica pesadilla. Djukic dejó la responsabilidad de la clasificación a los menos habituales y no hubo respuesta. Nadie demostró poder optar a una plaza en el once liguero del serbio.
Desde el minuto 1 se percibió que el Pucela no se plantaría en dieciseisavos. El Celta fue claro dominador de la situación todo el encuentro. Especialmente creó peligro por la banda izquierda, con Iago Aspas y Bellvis. Cuando este último se lesionó, Roberto Lago creó todavía más peligro. El estado físico de Fernando Varela quedó en evidencia, siendo superado de forma escandalosa en todas las acciones por su banda. Supone un problema para el equipo blanquivioleta, agravado con la lesión de Tekio en Los Juegos Mediterráneos.
Pero no fue solo Varela. Ni Rubio, ni Baraja ni especialmente Jofre ni Jorge Alonso dieron señales de vida. Tampoco Aquino, que tuvo pocas ocasiones para crear peligro a un inédito Sergio. El primer gol llegó tras una cabalgada de Iago Aspas, que mareó a Varela y la puso al segundo palo donde la empujó el central David Catalá.
Se esperaba reacción tras el descanso, pero la cosa fue incluso a peor. Toni, Mario Bermejo y Iago Aspas hicieron que el marcador reflejase un justo y escandaloso 4-0. Marquitos, tras un pase de Manucho, anotó el tanto visitante. El angoleño fue de lo poco salvable en Balaídos. Él y el canterano Javi Navas, que tuvo minutos junto con Ochoa en la segunda parte, fueron los únicos que al menos lo intentaron. Marquitos tuvo también ráfagas de intensidad. Fue sonrojante.