El RVF planta a sus jugadoras
Después de varios meses con la incertidumbre de si el Real Valladolid Femenino continuaría en competición la próxima temporada 2011/12, el club blanquivioleta ha hecho oficial a través de su página web que no contará con el conjunto femenino, por lo que desaparecerá a los dos años de creación. La noticia no ha pillado por sorpresa ni a las jugadoras, ni al cuerpo técnico y, ni mucho menos, a los aficionados, quienes ya se temían desde antes de que finalizara la Superliga 10/11 que las chicas no iban a tener mucho futuro.
Los malos resultados del conjunto femenino, la paulatina ausencia de jugadoras, unido a los cambios en la normativa de la RFEF (que pasó de no descender ningún equipo de categoría en tres años a que en el segundo hubiera siete descensos) han motivado la decisión de suprimir el equipo. A todo ello, la situación del Real Valladolid que no logró ascender a la Primera División y por lo tanto no disponer de mayores ingresos para la siguiente campaña- no ha ayudado en nada a las féminas.
A pesar de la mala noticia para el fútbol femenino de Valladolid y de Castilla y León que una vez más vuelve a no contar con ningún represente en la categoría reina y pierde uno en la de plata- la web del Real Valladolid se ha querido mostrar esperanzadora al hablar de parón y al menos por un año y no de una supresión definitiva. Asimismo, defiende que las causas que han llevado a tomar la decisión han sido los costes económicos en época de apretarse el cinturón y el hecho de que la RFEF, unilateralmente, cambiara las reglas del juego provocando siete descensos de la Superliga A a la Superliga B, cuando se había comprometido a que no habría ninguno esta temporada.
Las razones poco han convencido a las jugadoras, a los padres de éstas y a los aficionados, quienes se preguntan por qué se ha optado por quitar al conjunto femenino y no a cualquier otro de categoría masculina.
Paso por la Superliga
El RVF, que se creó a mediados de 2009 con las jugadoras en su mayoría del Juventud Rondilla, pasó a militar directamente en la máxima categoría. Tras un acuerdo de la RFEF con varios clubes de Primera División, se les dio la oportunidad a éstos de crear un equipo femenino y jugar durante tres años en la Superliga, sin pasar por las categorías inferiores. La idea en su origen fue potenciar el fútbol femenino español, dando facilidades a los clubes más representativos. Pero la nueva normativa no fue bien vista por la mayoría de los clubes que durante años han estado peleando por un puesto en la categoría reina.
Precisamente, la presión de estos últimos hizo que la RFEF volviera a cambiar la normativa de la temporada 2009/10 y que redujera a un año el indulto a bajar de categoría. Mientras todo esto ocurría, el RVF se paseaba por los campos de la Primera División del fútbol femenino encajando goleada tras goleada. La diferencia entre clubes tan experimentados como el Levante, el Espanyol, el Bilbao o el Rayo Vallecano (equipos todos ellos con una base detrás) y los de nueva creación fue muy notable. Aunque se crearon más equipos, la calidad de la Superliga bajó un peldaño.
El RVF completó el primer año en penúltimo lugar de su grupo con tres partidos ganados y dos empatados. Para el siguiente curso, el club blanquivioleta reforzó al conjunto femenino fichando a tres internacionales: las taiwanesas Rona y Tan y Miriam Rodríguez Kuki. Pero de poco sirvieron ya que el conjunto de Paco de la Fuente mostraba las mismas carencias que durante su primer año.
Con los malos resultados, la moral de las blanquivioletas fue decayendo. Además, comenzaron a aparecer problemas en el vestuario con jugadoras que faltaban de forma habitual y sin justificación a los entrenamientos. Según transcurría la temporada los problemas iban aumentando. Esta vez eran las bajas. A las lesiones de rigor se le sumó que jugadoras como Mimi, Tamara, Silvia y Natalia fueron dejando el equipo por distintas causas. Así, el RVF tuvo que afrontar los últimos partidos sin apenas recambio en el banquillo. La temporada pasada terminó muy parecida a la primera, sin grandes mejoras y con el inconveniente del descenso.
Las jugadoras finalizaron oficialmente el curso el pasado 30 de junio y hasta este lunes no se han enterado de que desaparecía el que hasta el momento era su equipo. Algunas de ellas que ya se veían venir la situación han comenzado a contactar con otros equipos de la ciudad como el Rayo Simancas o el San Pío. Otras se plantean si van a seguir jugando y las más defraudadas ya piensan en colgar definitivamente las botas.