España se echó a la calle con la llegada de la selección
España se echó a la calle con la llegada de la selección
España se echó a la calle con la llegada de la selección
Ana Esther vivió en México el triunfo de La Roja
Los jugadores, con la Copa, por las calles de Madrid
Antonio y Yolanda, a las puertas del Soccer City
Fútbol  |  Mundial de Sudáfrica

Hoy hace un mes

13 de Agosto de 2010
Imagen de itorres
Escrito por
Iñigo Torres

Sara García


Hace un mes que toda España estalló de alegría con el gol de Iniesta. Los jugadores ya han vuelto de sus vacaciones y están a punto de jugar su primer partido en México como campeones del Mundo. La Copa ha comenzado su periplo por varias ciudades para que, custodiada y bien vigilada, algunos puedan emular a Casillas acercándose a ella, incluso tocándola, pero sobre todo fotografiando ese momento histórico. En ese tiempo, lo hemos celebrado, lo hemos recordado y lo hemos comentado con los amigos: ¿dónde lo viste tú? 


La mayoría de los vallisoletanos vieron el Mundial de Fútbol por televisión porque no pudieron pagar las astronómicas cifras que costaban el avión y las entradas. Pero después de un mes nos hemos enterado de que algunos fueron más afortunados, y pudieron presenciar en directo algún partido o que consiguieron colarse entre la marea roja que vio pasar el autobús de los jugadores por las calles madrileñas.


Estos es el casos de Yolanda García, vallisoletana afincada en Madrid, que acompañó a su marido a Sudáfrica gracias a que él ganó un sorteo "de esos que crees que nunca tocan". La última semana de junio la pasaron viendo una fábrica de diamantes, haciendo un safari y, por supuesto, animando a la Selección contra Chile. Con todas las excursiones organizadas, tuvieron que rogarle a la guía una hora libre en un centro comercial para hacer acopio de bufandas rojas. "El partido fue lo mejor, había un ambientazo increíble, todo el mundo con sus camisetas y bufandas, aunque no fueran españoles, todos abrazándose, contentos, muy patriótico", explican encantados. Tanto les ha gustado que no dudan en decir que se apuntan al siguiente Mundial.


Y es que el fútbol une pasiones y borra fronteras. Ana Esther es otra vallisoletana que, al otro lado del charco, reprodujo el ambiente español en su casa de México, donde cuidaron todos los detalles: comida, adornos, accesorios...y por supuesto, gritos en la celebración del Mundial. Cada partido lo han visto rodeados de amigos y han cocinado comida acorde al rival al que se enfrentaba España. Con la hora mexicana, los partidos eran a las 13:30, "una hora perfecta para que un grupo de españoles comparta una buena comida", asegura. El día de la final, el rojo predominaba en casa, incluyendo la bandera a la puerta de casa y platos típicos en la mesa, tortilla, chorizo frito, jamón serrano, pate soriano, morcilla de Burgos, y para celebrar la victoria unas lentejas con chorizo y arroz con leche. "España ha ganado el Mundial y nosotros unos kilitos", bromea, para después recordar que "gritamos, lloramos, llamamos a nuestras familias para compartir la emoción y el lunes fuimos a trabajar de rojo riguroso".


Ese lunes los vallisoletanos encendieron el televisor para ver cómo las calles de Madrid se llenaban de gente que impedían avanzar, literalmente, al autobús que llevaba a los campeones. "Date cuenta que son ocho carriles, y solo cabía el autobús por uno de ellos, el resto era gente y gente vestida de rojo, gritando, con la cara pintada, con banderas...", explica Anabel Coco, otra vallisoletana que vive en Madrid desde hace 23 años. Gracias a los balcones de su casa de Ronda de Atocha pudo recoger el beso que le lanzó Casillas al oír sus gritos, aunque en realidad, como buena colchonera, quería llamar la atención de Fernando Torres.


Reunida en Madrid con otros diez amigos, "todos muy futboleros", esperaron pacientemente a que los jugadores pasaran por su zona a eso de las diez de la noche. Desde las cinco de la tarde ya comenzó a congregarse todo tipo de gente, abuelos, niños, padres, y muchos jóvenes. Eso sin contar con que la noche de la final, no pudo dormir hasta las cinco de la mañana del ruido y de la fiesta que se oía en la calle, los coches pitando, las vuvuzelas tronando... ¡espantoso! exclama en el buen sentido de la palabra. Con la televisión puesta para ver por dónde iban y unas cervezas para amenizar la espera, llegó el momento de la apoteosis cuando comenzaron a divisar el autobús. "Fue impresionante, no se puede expresar con palabras porque los ví cerquísima y fenomenal", afirma.


Lo que más recuerdan todas ellas era cómo todos se enfundaron la camiseta roja para animar, y cómo la bandera de España ha presidido cualquier rincón o balcón donde se encontrara un español. Ana Esther afirma que lo mejor es ver cómo "los chavales empiezan a llevar la camiseta de la selección española y parece que el nombre de España se asocia al triunfo. Esperemos que dure mucho". Y parece que así es, porque tras el éxito del fútbol, volvieron a sacar la bandera para animar a Contador. No importa el deporte, ni la ciudad donde te encuentres, el caso es gritar orgulloso allá donde estés: ¡Yo soy español...!