2-0: Diferente banquillo, mismas sensaciones y nueva derrota

Mucho se esperaba de este partido y nos hemos quedado con la miel en los labios. Nos consuela que no era ni el estadio ni el rival idóneo para empezar una remontada que se alarga una semana más. Onésimo apostó desde el principio por la continuidad, y sólo la presencia de Haris Medunjanin en el once inicial ponía el punto de diferencia entre Mendilíbar y el vallisoletano.El resto fue más de lo mismo en todos los sentidos.

El equipo salió agarrotado, sin ideas y con muy poca fluidez de balón. Onésimo insistió durante toda la semana que quería cambiar la presión por la posesión. Pues bien, el Real Valladolid no hizo ni una cosa ni la otra y el resultado a la vista está. Sobre todo en la primera parte.

Haris no tuvo su día. Al igual que en Santander salió de inició y el resultado fue el mismo: fracaso total. De hecho, una pérdida suya en la frontal propició el golazo de Ever Banega a los siete minutos de juego. Un error de valor incalculable, pues lo peor que le podía pasar al equipo era empezar por debajo en el marcador.

El centro del campo fue un auténtico caos durante los primeros 45 minutos. El bosnio, Borja, Sesma y Lázaro intercambiaban posiciones con poco sentido. En ataque, Canobbio estaba desaparecido en combate y Diego Costa ni la tocaba. La defensa estaba descontrolada, y David Villa cabezeó libre de marca en el segundo palo el 2-0.

Llegó el descanso y Onésimo movió ficha al introducir a Pelé por Sesma. Es un problema cuando deseas algo y al obtenerlo no sabes que hacer con elllo. Eso le pasó al Valladolid. Con el cambio el equipo tuvo el esférico pero no supo manejarlo. Aún así, los blanquivioleta mejoraron y tuvieron dos ocasiones para meterse en el partido. Primero Arzo de cabeza y después Diego Costa sólo delante de César. Se echa de menos la mejor versión del brasileño, que está lejos de ser ese jugador resolutivo de las primeras jornadas.

El tiempo fue pasando y el partido murió, aunque el Valencia pudo marcar unos cuantos más en las botas de Mata. Lo peor del partido fue la sensación de que todo sigue igual y lo mejor, que a los cambios hay que darles tiempo. Aunque cada día quede menos para sacar esto adelante.

FICHA TÉCNICA: