Leo Harlem planta cara a cinco de nuestros mejores atletas
No cabía un alfiler. El salón de actos de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) se quedó pequeño para todos aquellos que quisieron asistir a la mesa redonda organizada por Caja de Burgos y el Centro de Estudios Olímpicos en la que, de una forma distendida, se analizó el atletismo en nuestro país y especialmente en Castilla y León. Y es que al nivel de los deportistas presentes: Maite Martínez, Juan Carlos Higuero, Isaac Viciosa, Diego Ruiz y Álvaro Rodríguez, se unía un moderador de auténtico lujo: el humorista Leo Harlem.
Con todo, la charla comenzó tensa. Tras la presentación de los atletas invitados, el silencio se apoderó de la sala. Y es que más de uno sabía que un simple error podría dar pie a todo un monólogo del humorista vallisoletano. Pero de esa calma tensa enseguida se pasó al buen ambiente, gracias en parte al habitual desparpajo del burgalés Higuero o la sinceridad de Viciosa.
La dureza del entrenamiento, el problema de las lesiones, el sueño de unas Olimpiadas, también la tensión de una cita tan importante o lo que no se ve antes de un desfile inaugural fueron algunos de los temas que salieron a la luz y donde los cinco atletas explicaron todas sus sensaciones. También hubo tiempo para las primeras bromas, sobre los hombres que corren detrás de las mujeres o aquellas que se quejan de que ellos van muy deprisa.
La charla estuvo salpicada de vídeos en los que se pudo ver en acción a los atletas en la Milla Urbana de Burgos, lo que obligó a una ruborizada Maite Martínez a hacer de improvisada comentarista entre las risas de los presentes y las bromas del propio Leo Harlem.
Los dos deportistas más jóvenes, el burgalés Diego Ruiz y el vallisoletano Álvaro Rodríguez fueron los más tímidos en la charla, aunque también tuvieron su momento estelar, cuando el primero compartía con el humorista el frío que hace en su tierra natal: hasta los pingüinos se compran una trenca en Burgos, ironizó Harlem, mientras que con el vallisoletano se habló de la necesidad de ligarse a Ana Obregón para hacerse famoso, a lo que el estudiante de Periodismo respondió con un contundente si hay que hacer el esfuerzo se hace.
Álvaro fue precisamente el gran defensor de un cambio en la forma de vender el atletismo, mientras que Viciosa se lamentaba de la poca capacidad de sufrimiento que tienen los jóvenes de nuestros días. Eso sí, todos confesaron que de pequeños tuvieron que salir corriendo por alguna trastada infantil, y también reconocieron que un atleta en forma no tiene un físico atractivo -delgados y casi enfermos-, lo que Leo Harlem arregló con un escueto por eso dejé yo de hacer deporte.