La magia del Ono Estadi también funciona en Copa
Un repaso de arriba a abajo. Lo que se llama vulgarmente un baño. El segundo en lo que va curso, uno en Liga y otro en Copa, ante el mismo rival. Y esta vez no acabó con un 3-0, o peor aún, porque los delanteros del Mallorca no atinaron y porque Fabricio lo paró casi todo, incluido un penalti. Se le escapó una, la de Keita, y con eso le bastó al equipo de Manzano para darle la razón a Mendilibar. «Si no marcamos allí nos eliminarán», había vaticinado. Y tal cual.
Claro que para marcar un gol primero hay que rematar a puerta, a ser posible entre los tres palos. Y el Real Valladolid tiró tres veces fuera y una adonde estaba Lux, y eso ya en el minuto 74 de partido. Nada más. Nunca dio la impresión de que el equipo blanquivioleta fuera capaz de hacer daño a un Mallorca infinitamente superior. En defensa todo eran facilidades. Barragán vio la sombra de GonzaloCastro continuamente, Arzo se vio superado una y otra vez, Yuri las pasó canutas, y en el centro del campo tampoco se tuvo la presencia necesaria.Cuando Mendilibar apostó por jugársela y poner a DiegoCosta y a Manucho en una especie de 4-4-2, el equipo se desarmó por completo y padeció los ataques eléctricos de un Mallorca talentoso. Castro, Borja Valero, Mario Suárez, Víctor Casadesús o Julio Álvarez son jugadores que se entienden entre sí, que cumplen los dictados del técnico al milímetro y que poseen la calidad técnica suficiente como para desarbolar a cualquier rival. Y a ellos se añadió ayer Keita.
El delantero bermellón es un caso. Suplente habitual, aprovecha para reivindicarse partidos como el de ayer. Y casi siempre contra el Real Valladolid. Peleón, rápido y con una pizca menos de talento del que desearía, volvió loca a toda la defensa blanquivioleta durante todo el partido.Tuvo ocasiones sobradas para haberse convertido en un héroe, pero las desperdició por falta de pegada. Y por Fabricio, claro. Lo del meta fue la única noticia positiva del día. Para casi todos, porque a Jacobo, titular hasta hace nada, se le ha venido arriba la competencia.Justo Villar encaja un gol en tres partidos y Fabricio logra llevarse solo un gol en un encuentro con el triple de ocasiones en contra que uno normal. ¿Quiénes serán los dos porteros convocados ante el Villarreal? Habrá que verlo después de lo de anoche en el Ono Estadi.
Para entonces, además, el Real Valladolid ya estará fuera de la Copa del Rey. Los suplentes tendrán que ganarse el puesto en la más exigente plaza de los Anexos, porque ya no habrá bolos de invierno en los que lucirse. Es la ocasión que han dejado pasar hombres como Font, Barragán, Marquitos, Manucho o Sesma, por ejemplo. Ninguno de los catorce que jugaron ayer, salvo Fabricio, demostró que supiera qué es lo que hay que hacer para superar al gran Mallorca de Goyo Manzano. Un técnico que desde que salió del Valladolid acostumbra a borrar a los blanquivioletas del mapa cuando los tiene enfrente. El único consuelo que pueden encontrar es que los supuestos titulares hicieron un papel similar en el partido de Liga, así que siempre se le puede echar la culpa al empedrado. O a Son Moix. Ese lugar al que será mejor no volver en algún tiempo. No sea que les dé por pegarle otro repaso. Y ya sería el tercero en demasiado poco tiempo.