La Gran Guanche, otra "experiencia de vida" más para Pujol al pie del volcán de La Palma
"Este tipo de aventuras para mí son como una cura, una manera de vivir, una experiencia más de vida, de sentir, de disfrutar, de aprender a valorar lo importante". Es el resumen que el vallisoletano Óscar Pujol hacía nada más concluir La Gran Guanche, prueba bikepacking de cerca de 800 kilómetros y más de 20.000 metros por las Islas Canarias.
Pujol fue el primer participante en completar un recorrido en el que ha alternado la bici con el ferry para atravesar Lanzarote, Fuerteventura, Gran, Canaria, Tenerife y finalizar en La Palma al pie del "espectacular" y también "desolador" volcán del parque natural de Cumbre Vieja.
Precisamente, la situación que se está viviendo allí hizo que la última etapa, en la que tenían que atravesar la isla, como en el resto, se recortara en su parte final. "La primera sensación cuando llegamos allí es como la de un día de playa con mucho viento y arena... pero no era arena, era ceniza", explica el vallisoletano, que reconoce que finalizar y contemplar la erupción del volcán es un espectáculo, pero que tiene una trastienda de "mucho dolor" para los que viven allí.
"Tuve la suerte de verlo que por la noche y por la mañana... es un espectáculo tan increíble como desolador, porque ha hecho mucho daño. Coincidí con con varias personas qque te contaban sus historias de cómo lo habían perdido todo y se te ponía la piel de gallina", continua el vallisoletano.
En cuanto al recorrido, Pujol ha querido lanzar también un mensaje de apoyo a las islas, que ahora más que nunca necesitan ese turismo que genera empleo en una zona tan tocada. "A veces nos lanzamos a viajar fuera del país y no nos damos cuenta de lo que aquí tenemos. Las islas son un espectáculo que recomiendo visitar. Una mezcla de paisajes, desérticos, casi amazónicos, con playas vírgenes, acantilado. Un lujo", ha explicado.
El vallisoletano explica que esta ruta de bikepacking –sin asistencia y en solitario-- tenía "truco" y era conjugar esfuerzo con horario de salida de los ferrys para pasar de una isla a otra. Llegar tarde a este transporte marítimo te podía hacer 'perder' la oportunidad de llegar primero a La Palma.
"La ruta estaba marcada con por GPS, no tenías que hacer ningún tipo de navegación en ese sentido. Era seguir el recorrido a través de tu ciclocomputador y punto. Pero claro, había que gestionar los kilómetros con los horarios de los ferrys, por lo que a la lucha con los rivales se unía otra, que era llegar lo antes posible al barco", añade el vallisoletano.
Pronto el vallisoletano tomó la cabeza de la prueba si bien mantuvo un bonito duelo con el suizo Nils Correvon hasta el último día. "La verdad que despertó mi instinto competitivo, que ya lo tenía un poco dormido. Cogíamos todos los ferrys juntos. Él alguno lo hizo casi con el barco en marcha, incluso en el Teide apretó más que yo... pero creo que eso le pasó factura y en la última etapa ya logré despegarme de él", recuerda.
Una etapa, la de La Palma, a la que llegó bastante cansado por la altura acumulada, las pocas horas de sueño –completó el recorrido en tres días de los cinco que tenía como límite para hacerlo--. "Pensé que no se iba a correr pero al final el organizador redujo el kilometraje y pudimos salir. Los dos primeros kilómetros fueron difíciles por la mala calidad del aire. Estaba todo negro, como si hubiera nevado ceniza... por eso apreté para salir de allí lo antes posible. Es verdad que, según nos dijeron, nos perdimos una de las zonas más bonitas, Cumbre Vieja, por donde debería haber ido la carrera, pero bueno al final pude soltar al suizo y llegar primero a la meta", continúa.
Pujol empleó 68 horas y 41 minutos, casi una hora menos que el suizo, segundo, y 12 horas menos que el tercero, Toni Calderón.
Además de una buena condición física, en la gestión de este tipo de pruebas, en las que se acumula mucha fatiga, también son importantes otros factores como los tiempos de descanso para dormir, comer, adquirir alimentos... "Hay que saber qué ropa llevar, porque todo eso se traduce en peso en la bici, si vas a pasar la noche a la intemperie, como hizo yo, aunque se trata más de microsueños que de otra cosa, donde paras a comprar o comer algo... Es lo bonito de este tipo de eventos que se convierten en pura aventura de supervivencia", concluye.