1-2: Estreno incompleto
El esperado estreno del Real Valladolid en Zorrilla se tradujo en una pésima primera parte, que acabó con pitos en la grada y un 0-2 a favor del filial azulgrana, y un segundo tiempo de garra y coraje donde el gol de Iban Salvador fue insuficiente para haber completado la remontada. Los peores minutos del verano llegaron precisamente en el peor momento, justo cuando comenzaba la competición oficial, y provocaron el primer enfado de la grada de Zorrilla.
Cierto es que, Luis César vio mediatizada su alineación inicial, tal y como confesó después, por las molestias que arrastraban en las últimas semanas Hervías y Luismi. El técnico decidió no arriesgar y colocó a Antoñito de extremo derecho por delante de Moyano y apostó por el doble pivote Borja-Cotán, con el orensano como pivote. Esa alineación nop funcionó, con demasiadas pérdidas de balón, lentitud en la circulación de la pelota y cierta desidia que desperó a los poco más de 7.000 aficionados que desafiaron el día y la hora del partido para ver el encuentro.
Choco Lozano fue el encargado de inaugurar el marcador a placer en una jugada más típica de fútbol sala que de fútbol. Balón al segundo palo y a empujar a puerta vacía. Curiosamente, así llegaría también el segundo gol de los de Gerard López. Precioso control orientado de Lozazo y regalo atrás para que Marc echara un jarro de agua fría a los espectadores vallisoletanos.
En el segundo tiempo, el nuevo técnico Luis César tuvo que recomponer sus piezas, dando entrada a Hervías y Luismi, y el Valladolid se transformó. Comenzó a presionar, correr y buscar el area y, aunque el gol de Iban Salvador en el minuto 51 permitía soñar con la remontada, lo cierto es que las ocasiones de los locales no terminaron en gol. El Valladolid murió ahogado en la orilla, aunque, eso sí, acocotó a los catalanes hasta el final hasta el punto de que a los jovencísimos jugadores del Barcelona B solo les quedó el recurso de perder tiempo una y otra vez.
Primer partido, primera derrota y el conjunto blanquivioleta que el próximo fin de semana viajará a Sevilla para medirse a otro filial, en un campo de infausto recuerdo después de la sonrojante derrota del pasado año en el Sánchez Pizjuán.