Mirando las semifinales
El Fundación Grupo Norte inició la Copa de Europa Willi Brinkmann de la mejor manera posible, ganando con autoridad al Beit Halochem Haifa (58-71) y con algo más de dificultad a los anfitriones del Yalova Ortapedikler turco, (79-72). Con estos resultados, los vallisoletanos ya piensan en las semifinales.
En el primer enfrentamiento europeo, los vallisoletanos salieron enchufados y dispuestos a demostrar que habían superado el cansancio del largo viaje hasta la localidad turca de Yalova, para lo cual desplegaron una buena defensa desde el inicio, que prestó especial atención a los dos lanzadores israelíes, Meishar y Elimelech. Eso sí, no lograron poner tierra de por medio hasta el tercer cuarto, en el que obtuvieron una ventaja de doce puntos (40-52), que permitió al técnico del equipo, José Antonio de Castro, dar minutos a todos sus jugadores, incluidos los “tocados” Jonatan Soria y Adrián Pérez.
El objetivo era mantener la intensidad defensiva y aprovechar el dominio de Lalo Prieto y Jasso en el juego interior, junto al acierto anotador de Karol Szulc, que realizó un completo partido, al igual que el joven Pablo Lavandeira, que se mostró como un sustituto perfecto de Soria, quien pudo disfrutar de algún minuto de juego a pesar de seguir entre algodones. Aunque los israelíes trataron de aumentar la presión defensiva y de variar el rumbo del encuentro, nada pudieron hacer ante el empuje de los vallisoletanos, que se llevaron con comodidad el primer asalto europeo con un 58-71.
En el segundo encuentro, les esperaba el anfitrión, el Yalova Ortapedikler, el cual salió con ganas de dar una alegría a su afición, lo que sorprendió al Fundación Grupo Norte en primera instancia, en un primer cuarto que terminó con ventaja de los turcos (17-19). Pero sería la única que tendrían en el partido ya que, si bien el nivel defensivo de los vallisoletanos fue inferior a lo que suele ser habitual en ellos, supieron contrarrestarlo con una gran capacidad ofensiva, comandada por unos efectivos Szulc y Prieto, y respaldada por un buen trabajo de equipo. Todo ello se mezcló en un cóctel perfecto de buen juego, que permitió al equipo español ir aumentando las diferencias de manera paulatina, hasta finalizar con el definitivo 79-72.