Ha pasado lo peor

Sin duda, acabar la ACB como el peor equipo de la historia no es nada bueno. Si a eso le sumamos los problemas económicos, de gestión y administrativos, la campaña del CB Valladolid no puede sino definirse como desastrosa. En un escenario así, es lógico pensar que lo peor ha pasado y que el año que viene, sea en LEB o en ACB, las cosas serán distintas. Ahora bien, hay que analizar las consecuencias que todo ello puede acarrear. Pero vendrá después.

Porque Iván Martínez y Ricard Casas han comparecido en sala de prensa para evaluar la temporada y todo lo que ellos han vivido. El capitán morado comenzaba diciendo que “tras una temporada difícil, podemos decir que Valladolid ha disfrutado de un año más de baloncesto y que puede ser un paso hacia la continuidad”. El escolta vallisoletano quiso, también, romper una lanza en favor del grupo y del cuerpo técnico poniendo en valor los numerosos problemas que han padecido: “La plantilla y el equipo ha trabajado todos los días y nunca ha habido ninguna excusa para no hacerlo. Entrenador y ayudantes han hecho un esfuerzo sobrehumano y es justo agradecérselo”, repasaba Martínez.

Un punto importante en el repaso que ha hecho Iván de la temporada ha ido dirigido a la afición, para quien ha tenido palabras de agradecimiento porque “no le hemos dado casi ninguna alegría. De hecho, un objetivo de cara al año que viene es generar más unión entre grada y equipo”. Además, reconocía que “siempre han estado ahí” y que “es duro ver la grada vacía pero no hemos dado motivos para que hubiera más gente”. 

De cara al futuro, Iván Martínez lo tiene claro: “Como en ACB no se juega en ningún sitio”, comentaba, amén de lanzar un conciso mensaje a la directiva en vistas a la preparación del proyecto, ya que “no se debe tardar tanto en hacer las cosas”. Por ello, porque se ha de aprender de los errores, el capitán pucelano considera que “lo difícil ha sido éste año y el próximo será más sencillo”. Finalmente, volvió a incidir en el esfuerzo que todos los estamentos del club han puesto esta campaña: “Los malos resultados no han permitido valorar el trabajo que se ha hecho de puertas hacia adentro”.

Por su parte, Ricard Casas ofreció un discurso sincero, sin ambages y que dista mucho de la monotonía sin contenido característica a lo largo de la temporada. Primeramente, separó el aspecto institucional del deportivo: “El club ha conseguido el objetivo de la no desaparición y de la rentabilidad económica. Eso ha desprotegido lo deportivo y ahí no hemos conseguido el objetivo”, explicaba el catalán. Además, entonaba el mea culpa en cuanto a la estrategia de encontrar el mínimo de calidad al menor precio: “No se ha conseguido”.

El técnico morado continuaba su alocución diciendo que “delante de esa debilidad asumida, no excusada, ha habido una serie de hándicaps. Por ejemplo, no hemos tenido un patrocinador”, relataba Casas. Así y todo, la imagen no ha sido la más apropiada para un club con la historia del CB Valladolid y, por esa razón, también hubo palabras hacia la grada de Pisuerga: “Agradezco a la afición por lo que ha tenido que aguantar. Es la primera vez en mi carrera que acabo con menos aficionados en el pabellón de los que había al principio de temporada”, afirmaba sin excusas.

El futuro para Ricard Casas y para el club se nuestra difuso, aunque el técnico tiene claro que “no se puede volver a empezar un proyecto desde la base con la que lo hicimos este año”. 

Personalmente, el manresano ha declarado que “la directiva no me ha ofrecido renovar y no me han dado ningún plazo para continuar. Eso sí, para hablar debe haber un proyecto del que hablar”. Es decir, primero saber en qué categoría se juega y, después, conocer las intenciones del club. Habrá que esperar.