Fútbol  |  Previa Real Valladolid CF - Villarreal CF

Juicio en Zorrilla

24 de Enero de 2014
Escrito por
Chus Rodriguez

Se la juega JIM, se la juega Suárez, se la juega Marcos y se
la juega la plantilla. En definitiva, se la juega el Real Valladolid. El equipo
blanquivioleta, en coqueteo continuo con el descenso desde que arrancó el
campeonato liguero, no solo está inmerso en la zona roja sino que la
diferencia  de puntos con sus rivales más
directos, a excepción de los acompañantes de baile Rayo y Betis, ha aumentado
en las últimas semanas de forma peligrosa, alarmante se podría decir.

Jugar en casa, en Zorrilla, tampoco es un alivio, donde el
equipo ha empatado mucho y ganado poco. Cuatro igualadas y dos victorias. En el
medio, tres derrotas que provocan que el Real Valladolid no sea fiable tampoco
como local. La intención, por no decir el sueño, es la de sumar los tres puntos
frente al Villarreal para contrarrestar lo que no se ha conseguido obtener
frente a rivales directos. Una derrota complicaría mucho la situación de Juan
Ignacio Martínez, al que no apuntan los francotiradores porque el problema, por
parecer, parece más de fondo que de forma. Pero en el fútbol, los cambios oxigenan
a los escalafones más altos de un organigrama.

Y ahí, en lo más alto, en la parra desde hace mucho tiempo
está Carlos Suárez. El presidente, consumido esta semana por el indecoroso
apoyo a José María del Nido, y por evidenciar la falta de recursos del Real
Valladolid a la hora de contratar, siempre ha fulminado al técnico de turno
cuando Zorrilla dejaba de mirar al césped para apuntar, con mirilla y sin
silenciador, al palco y a la poltrona del presidente. Papeletas, haberlas ‘haylas’
si los goles no entran.

Mitrovic, con planta prometedora pero estadísticas vacilantes,
podría debutar con el Real Valladolid antes de hacer la mudanza. Porque la
ausencia de Marc Valiente, lacerado con un esguince tan inoportuno como el
fichaje de Heinz, obliga si JIM considera arriesgado apostar por el serbio a
recolocar a Peña y repetir con el enloquecido Bergdich.

Y así, las cosas, el Villarreal llega frotándose las manos.
Lejos queda la corbata en el cuello de Pellegrini en 2007, cuando Losada
revolucionó la eliminatoria, Baraja certificó el pase y el chileno empezó a
tener problemas en el banquillo castellonense. Mucho tiempo después, y etapas
varias de ambos en Primera y en Segunda, arriva
el equipo de Marcelino a Pucela con el sueño de regresar a la Champions.