Guerra, en el partido de Vallecas. FOTO web realvalladolid.es
Guerra, en el partido de Vallecas. FOTO web realvalladolid.es
Guerra, en el partido de Vallecas. FOTO web realvalladolid.es
Fútbol  |  Copa: Crónica Rayo Vallecano-Real Valladolid

3-1: Copa rota

19 de Diciembre de 2013
Escrito por
Chus Rodriguez

Una expulsión volvió a marcar el sino del partido del Pucela. Pero esta vez, en contra de sus intereses. Si Charles era el lunes expulsado tontamente en Zorrilla, el protagonista en esta ocasión fue Javi Guerra. El malagueño estropeó su triplete frente al Celta con una patada innecesaria, a destiempo y sin venir a cuento a Gálvez que le envió directo a la ducha. Fue en el minuto 5 de la segunda parte, con más de cuarenta minutos por delante y con un 1-1 en el marcador. Mucho tiempo con un efectivo menos y en campo contrario. Tocaba aguantar a la heroica.

Antes, en la primera parte, el Real Valladolid había jugado sus bazas. Agotó en el arranque a un voluntarioso Rayo hasta desgastarle, y pareció asestarle la puñalada definitiva cuando se adelantó en el marcador. Fue tras una jugada de estrategia que acabó con un disparo tras un pase atrás de Manucho. Cobeño metió la mano pero acto seguido apareció Guerra en solitario para volver a probar al guardameta rayista, que no la olió y fue un espectador de lujo. Primer tanto del ariete andaluz en la Copa del Rey con el conjunto pucelano. El gol le daba mucha ventaja al Real Valladolid en la eliminatoria, ya que los vallecanos estaban obligados a hacer dos para plantarse en octavos de final. Y los de Jémez los hicieron.

No tardaron en reaccionar, ya que cuando no habían pasado ni cinco minutos del gol del veleño, Adrían aprovechó un despiste de la zaga vallisoletana para colarle el balón a Jaime por el primer palo. Un error que a la postre marcaría el partido. Aunque no tanto con la infortunada patada de Javi Guerra, que lastró al equipo hasta el pitido final. Una patada que en principio no tendrá consecuencias en Liga, porque solo si la sanción es de cuatro partidos o más la cumpliría en la competición doméstica.

La roja de Guerra obligó al Real Valladolid a encerrarse atrás o, al menos, la inercia llevó a eso. Solo en el tiempo de descuento pisaría el área de Cobeño el equipo de Juan Ignacio Martínez. Un JIM que se tomó más en serio que sus futbolistas la competición, la eliminatoria. El alicantino intentó oxigenar el ataque retirando a Manucho y dando minutos a Humberto Osorio, con una respuesta nula. Preocupante.

Lo mejor fue volver a ver a Víctor Pérez sobre el césped. Parecía el candidato a quedarse fuera de la convocatoria y el que vio la eliminación desde la grada fue Fausto Rossi. A Víctor se le vieron varios detalles de los suyos, de los que parece que no existen pero tanto se han echado estos meses de menos. Óscar también volvió a jugar.

Y entre cambios, ocasiones rayistas y mucho sufrimiento, el tiempo fue pasando hasta el minuto 87. Entonces, el castigo y la crueldad. Un balón que Alcatraz despeja defectuosamente y acaba en córner. Un saque de esquina que bota Bueno y se encuentra Adrían. Y un gol. Un gol que volvíer a eliminar a las primeras de cambio al Real Valladolid que intentó a la desesperada el 2-2 y terminó con un 3-1, porque Alberto Bueno cerró el partido. Y la eliminatoria. Otra vez para casa.