Peña pugna con el jugador del Málaga Portillo. FOTOS Markos Iyana
Peña pugna con el jugador del Málaga Portillo. FOTOS Markos Iyana
Peña pugna con el jugador del Málaga Portillo. FOTOS Markos Iyana
Fútbol  |  Real Valladolid-Málaga

2-2: Tablas vivarachas

27 de Septiembre de 2013
Escrito por
Antonio Aragón
La legión de Juan Ignacio Martínez se fortaleció -hoy también- en las desdichas, llegadas en forma de lesiones (Lluís Sastre y Omar Ramos) y el varapalo del primer gol cuando apenas se había visto turbado por el Málaga. Exhibió una mejoría en la creación en los primeros veinte minutos de cada período. Al principio revolucionada y ágil. Tras el tiempo de asueto pausada e hilada con precisión al ritmo marcado por Rossi. Por contra, evidenció desajustes defensivos en los dos tantos malacitanos, aunque no tan garrafales como los que propiciaron los dos goles de cabeza del Real Valladolid.
 
Con brío y una presión animosa acuciada por una retaguardia adelantada. Así se plantó el Real Valladolid en el inicio del partido ante un Málaga dubitativo y expectante. Osorio caía bien a las bandas y Valdet Rama se movía más que el correcaminos. Bajo estas premisas, el Real Valladolid acumuló en los primeros quince minutos cuatro llegadas significativas y esperanzadoras fruto de la constante movilidad de casi todos sus hombres, la negativa a jugar a la ruleta con el esférico en las botas y los desmarques hacia los flancos.

Primero Osorio remató alto un balón centrado al corazón del área, justo donde un mal control de Rama tiró por el sumidero un buen balón interior que le dejaba libre de marca cuando no habían transcurrido ni diez minutos. Sobrepasada esta franja se presentaron más ocasiones para los blanquivioleta al tiempo que al Málaga le costaba dar dos pases seguidos. Camacho estaba demasiado sólo en la zona de creación, donde Baraja y Sastre imponían la ley del más fuerte.

Así las cosas, Guerra empujó fuera un centro raso y potente de Rama justo antes de que Caballero interviniese por vez primera a disparo lejano de Rukavina. Por aquel entonces, el dominio era local, aunque la presión adelantada iba diluyéndose y el toque en medio del campo perdía poco a poco desparpajo y profundidad.

Pese a ello, latía la sensación de que el Real Valladolid iba a ser el primero en enganchar un directo. Nada más lejos de la realidad, dado que el Málaga asestó un crochet letal en su primera aproximación trenzada. Santa Cruz, en el minuto 23, amortiguó sin oposición un centro llegado desde la derecha gracias a Tissone y colocó el esférico en el palo largo haciendo estéril la estirada de Mariño.

Demasiado premio para el conjunto de Bernd Schuster, el cual mejoró a raíz del gol aunque sin excesiva fluidez. No le hacía falta, pues el Real Valladolid, que estaba perdiendo presencia en el medio del campo, enredaba sus ataques en balones colgados desde el costado con demasiada premura. La mayoría de ellos buscaban a Guerra, a quien le sobraban dos toques en cada uno de sus controles. En uno de ellos, con el que se internó en el área, su centro rebotó en una posible mano de Angeleri muy protestada por la parroquia vallisoletana.

En los quince minutos siguientes, hasta que se decretó el camino de los vestuarios, el Málaga se halló más suelto en posiciones atacantes y mejoró sus guarismos con un par de disparos a medida que el Real Valladolid rifaba más la pelota, se encajonaba y perdía la puntería en los pases. La misma que el cuadro andaluz había ganado.

El segundo tiempo arrancó con la entrada de Omar por Ebert, la mala noticia de la lesión de Lluís Sastre, quien fue sustituido a los tres minutos por Rossi, y una ocasión inmejorable para haber restañado la igualada. El cabezazo de Osorio casi besa el poste.

Un soplo de aire fresco. Una brisa mediterránea tras el aguacero. Con la entrada de Rossi el Real Valladolid puso pausa en la elaboración. Se adueñó del esférico y recuperó las sensaciones del inicio del partido, aunque sin las revoluciones desfasadas. No le hizo falta, dado que pasados los diez minutos del segundo período, un testarazo de Javi Guerra tras un buen córner sacado por Ebert al centro del área, devolvió el empate al electrónico mientras los centrales del Málaga desplegaban el mantel para el picnic.

El Real Valladolid había dejado de ser un "pagafantas" para convertirse en un "gallito" que, con seguridad y paso firme, corteja sin darse importancia. Tocaba y transitaba con aplomo, tempo e inteligencia. No perdía el esférico y Rossi, clarividente y descarado a la hora de reclamar el timón, se animaba con el disparo lejano.

El segundo que protagonizó se envenenó tras rozar en un defensor malacitano y acabó en saque de esquina, desde donde Ebert, con un centro calcado al del primer gol, volvió a sacar los colores de la zaga blanquiazul. Halló a Osorio solo y éste remató con la cabeza de forma similar a la de su compañero Guerra, logrando así su primer gol en España a los 63 minutos de partido.

Un tanto que obligó al Málaga a dar un paso hacia adelante a pesar de que el Real Valladolid no echó el freno de mano. Schuster lo vio claro y dio entrada a El Hamdaoui y Pawlowski con el objetivo de cargar de pólvora su ataque, el cual dinamitaría con el gol de Pawlowski a los 75 minutos de partido. Valiente despejó mal un balón comprometido y el balón centrado al área por Camacho fue bajado de forma magistral y rematado acrobáticamente por el futbolista del Málaga. Un golazo imparable que encoraginó a los de Bernd Schuster, quienes vieron como, minutos más tarde, un disparo de El Hamdaoui se estrellaba en el travesaño con Mariño batido.

Susto en medio de una fase en la que los dos equipos estaban quebrados. Más el Valladolid por el agarrotamiento de Ebert. Una lesión aparente que llegó al mismo tiempo (antes del gol del Málaga) que la de Omar, siendo el canario el suplido por Alcatraz. Sin embargo, el Valladolid pudo generar peligro en los balones a balón parado y supo capear el temporal cuando el Málaga se arrimaba a las proximidades de Mariño con decisión. De este modo, se cerró el partido con el empate a dos que Pawlowski certificó a falta de un cuarto de hora para su conclusión.

Un resultado que deja al Valladolid con seis puntos en siete partidos a una semana de la visita al campo del FC Barcelona (sábado 5 de octubre, 22,00 horas), casi inabordable.

FICHA TÉCNICA:

2 - REAL VALLADOLID: Mariño, Rukavina, Valiente, Rueda, Peña, Sastre (Rossi, min. 50), Baraja, Ebert, Rama (Omar, min. 46, Alcatraz, min. 74); Osorio y Javi Guerra.

2 - MÁLAGA CF: Caballero; Gámez, Sergio Sánchez, Angeleri, Antunes; Camacho, Tissone, Portillo (Duda. min. 84), Eliseu (El Hamdaoui, min. 72); Morales (Pawlowski, min. 72) y Santa Cruz.

GOLES: 0-1: Min. 23, Santa Cruz. 1-1: Min. 56, Javi Guerra. 2-1: Min. 64, Osorio. 2-2: Min. 75, Pawlowski.

ÁRBITRO Juan Martínez Munuera (comité valenciano). Amonestó a Sastre, Guerra y Baraja.

INCIDENCIAS: Estadio Zorrilla. 13.000 espectadores.