Fútbol  |  Crónica Villarreal-Real Valladolid

2-1: Diferente fórmula, idéntico resultado

25 de Agosto de 2013
Escrito por
Chus Rodriguez
Omar al banquillo, Rueda de mediocentro, Heinz de central, Alcatraz y Berdigch en las bandas...el once de Juan Ignacio Martínez en Villarreal prometía un Real Valladolid muy diferente al que perdió frente al Athletic.


Pero los nervios y la incertidumbre  los disipó medio equipo con una jugada colectiva que hubiese levantado a Zorrilla de jugarse el partido en tierras vallisoletanas. Berdigch recibió desde la derecha y con un pase más esperado en Iniesta, entendió el desmarque de Javi Guerra, que tumbó a Sergio Asenjo para superarlo por su palo izquierdo. El mejor gol de la jornada en Primera en una preciosa jugada que encarrilaba el partido para los vallisoletanos.


Pero al igual que la temporada anterior en muchos partidos, los blanquivioleta no digirieron bien lo de tener a su favor un gol tempranero. El Villarreal tenía mucho tiempo para levantar el partido y el Real Valladolid no percibió que una opción era cerrarlo. Puso el candado y esperó a los de Marcelino. Cuantos más minutos consumía el cronómetro, más reculaba el equipo de Juan Ignacio y menos se acercaba a los dominios de Sergio Asenjo. Si Berdigch sorprendía positivamente, Alcatraz generaba más dudas. Las despejó en un penalti claro cometido sobre Jaume Costa. Excitado, se fue al suelo sin tocar balón y derribando al futbolista del Villarreal. Giovani engañó a Mariño y estableció la igualada. Hasta el descanso, el equipo aguantó sin mejores sensaciones y sin excesivas intenciones de asumir riesgos. Por suerte, el descanso llegó sin más sustos. El gol servía para demostrar que había opciones para sacar al menos un punto, pero había que encontrar el equilibrio de los primeros minutos, ubicar a jugadores perdidos como Rueda u Óscar y no sufrir el bajón físico que provocó la derrota siete días atrás frente al Athletic. En el debe de Gil Manzano, un agarrón a Heinz en el área de Asenjo que se quedó sin sanción.


No cambió mucho el panorama en el arranque de la segunda parte. Gaitas templadas y un calor pese a la nocturnidad del horario que acusaban castellonenses y pucelanos. Un alivio fue la lesión de Giovanni, que obligó a Marcelino a sustituirle por Perbert. Poco después le toco a un decepcionante Alcatraz, reemplazado por Omar. El Villarreal insistía con el mejicano Aquino percutiendo por banda derecha, pero sin el remate que le diese ventaja en el marcador.


A los últimos quince minutos se llegó con opciones para ambos conjuntos, alternativas y posesión pareja que no decantaba la balanza hacia ninguno de los dos bandos. JIM introdujo a Osorio, sustituyendo a Guerra. El partido se interrumpía continuamente, ni Villarreal ni Valladolid eran capaces de poner un ritmo indesmayable que marcase la diferencia. En el recuerdo lo ocurrido en la primera jornada: los locales sacaron fuerzas de donde no existían para remontar al Almería y los visitantes no las encontraron para empatar al Athletic.


Y apareció Cani. Asenjo encontró a Perbet sobre la línea de cal en la banda izquierda y con un recorte habilitó a Cani, que avanzó metros sin encontrar oposición. Agujero negro sin camisetas blanquivioletas. Nadie fue capaz de frenarle y el aragonés se la jugó con un disparo potente. Obtuvo premio. Mariño no la olió y el Villarreal tomó ventaja.


Hasta el pitido final, un intento lejano de Rukavina y poco más. Manucho inédito y el Real Valladolid con seis puntos menos que a estas alturas la temporada pasada. Tiempo de sobra para recuperarlos.