Oscar, paternidad y renovación
Apenas había dormido unas horas la noche del viernes al sábado, pero el motivo bien valía la pena. Y es que Oscar fue padre por primera vez, "de un niño que se llamará Oscar y que tiene las manos muy grandes" dijo entre risas el salmantino. Una alegría unida al empate cosechado frente al Málaga, aunque fuera a costa de quedarse inicialmente en el banquillo. "El entrenador así lo ha decidido y no tiene nada que ver con mi noche en el hospital", explicó Oscar antes de añadir y reconocer que "la verdad es que no estaba fresco y apenas me enteraba de todo lo que me estaba pasando en las últimas horas".
Y a todo esto se unió este domingo la noticia de la renovación con el Pucela hasta el 30 de junio de 2016, "modificando el
contrato que ya le unía a la entidad blanquivioleta y en el cual ambas
partes pactaron la renovación automática temporada a temporada en
función del número de partidos oficiales jugadores en el último
ejercicio", según explicó el Club en su página web.
Motivos, todos ellos, para dar felicidad y estabilidad a un jugador fundamental en el esquema vallisoletano y que, en su segunda etapa blanquivioleta se ha vuelto a ganar el calificativo de "indispensable". Un jugador que, incluso, se permitió bromear sobre el futuro que le espera, más por las horas de sueño que pueda perder que por su ausencia en el once. "Espero que me dejen dormir en la habituación de al lado, al menos el día anterior a cada partido", dijo entre risas.