Mayordomo: "Es una decisión lamentable, triste e injusta"
La mira telescópica está puesta en la nuca de uno de los padres fundadores de la ACB y el dedo, firme, en el gatillo del ejecutor, dispuesto a cometer un parricidio que deje pálidas las mejillas de los aficionados vallisoletanos. Con premeditación y alevosía. Así se puede resumir la maraña de trucos y tretas que la Asociación de Clubes de Baloncesto está tejiendo para dejar fuera de la competición a un histórico de la misma.
"Es una decisión lamentable, triste e injusta". El sentimiento en el seno del club morado no puede ser más amargo, y así lo manifestó el presidente de la entidad, José Luis Mayordomo, que ayer recibió la espalda de la junta de la Comisión Delegada de la ACB, previa a la asamblea de esta mañana. Después de que el director general de la Liga, Albert Agustí, no dejara entrar a la reunión a un miembro de la Comisión como el máximo mandatario del C.B. Valladolid, el propio Agustí fue quien acompañó a Mayordomo a un despacho anexo para contradecir sus propias palabras y asegurar que no reponer el Fondo de Garantía Salarial era un muro insalvable para permitir el acceso del conjunto pucelano en la élite del baloncesto. Donde dije digo, digo Diego.
Las sospechas de Mayordomo empezaban a tomar forma en una esfera propia del cine del hampa. La ACB pondría todas las trabas para que la puya se posara sobre la cabeza del C.B. Valladolid, alegando la necesidad de aplicar con firmeza el cumplimiento de un artículo flexible los 35 años anteriores. Agustí reconoció al presidente del equipo vallisoletano que hay jugadores de otros cinco clubes que han solicitado recurrir al FOGASA, y que sólo se han atendido esos pagos a nosotros, explica Mayordomo, a lo que añade el secretario general del club, David Yustos: Hay reclamaciones de jugadores de otros equipos al Fondo. Lo que tradicionalmente se ha ido haciendo es pagarlas entre octubre, noviembre o diciembre del año siguiente. El caso de Valladolid es especial, porque ha habido reclamaciones la primera semana de junio y se ha pagado la última, teniendo la excusa perfecta.
Una excusa perfecta y una jugada maestra para la ACB, que deja con la barriga al aire al club pucelano. Si el equipo hubiera descendido a LEB, como así se determinó sobre el parqué, el C.B. Valladolid hubiera recuperado los dos millones de euros del Fondo de Regulación de Ascensos y Descensos para comenzar un nuevo proyecto. Con la estrategia de invitar para luego expulsar, la ACB está libre para anotar su canasta soñada: Por un lado reducen la Liga Endesa a 16 equipos y por otro se embolsan un dinero que hace quince días, de no haber sido ofrecida la plaza del Menorca al club morado, deberían de devolver. Este coqueteo con la usura la explica Mayordomo con las siguientes palabras: No quieren proyectos económicamente débiles y hacen lo que sea. Nosotros hubiéramos aceptado jugar en la LEB, nos lo habíamos ganado a pulso. No hubiera pasado nada. Menorca y Canarias, no pueden inscribirse y nos invitan. ¿Para qué? Para expulsarnos luego e intentar no devolvernos el Fondo de Regulación de Ascensos y Descensos; una jugada que no está dispuesto a tolerar el máximo accionista del club, el Ayuntamiento de Valladolid. Es una fechoría lo que pretende hacer la ACB, declaró indignado el alcalde de la ciudad, Francisco Javier León de la Riva, que avisó que se interpondrán querellas pertinentes, incluida la penal, ya que no se va a permitir un expolio de dos millones de euros a un club de la ciudad.
"Éramos el rival más fácil para intentar liquidarle sin devolverle el
dinero. No sé si hubiera sido Estudiantes o la Penya si se hubieran
atrevido", manifestó Mayordomo, a lo que se unió Yustos, afirmando que "se pelearán hasta el final y hasta donde haga falta" para que el C.B. Valladolid juegue la próxima temporada en ACB.
El precio por liquidar a uno de los fundadores de la Liga es de 189.000 euros, cantidad que el club debe ingresar antes del 27 de julio si quiere optar a su plaza. Una prórroga para hacer efectivo el abono, conseguida después de acogerse al Artículo 10 de los estatutos de la ACB. Un plazo de diez días. Nos han consentido la menor prórroga posible, asegura Mayordomo, que declara que acogerse a una cuestión formal, a una cantidad menor, para poner en la calle se llama fraude de ley, a lo que añade Yustos: Las normas no se pueden aplicar de forma arbitraria. Tenemos que tener la seguridad de que todos competimos con las mismas normas, porque si no
¿Qué tipo de competición es esta?.
Así, con una institución que a la hora de efectuar sus pagos no se caracteriza por su puntualidad vestida con el traje negro del cobrador del frac, comienza la nueva aventura del C.B. Valladolid. La enésima zancadilla para un club que tendrá que pedir consejo a Jerry West, A.K.A. Mr. Clutch, para aprender cómo hacer favorable una circunstancia adversa, sin que tiemble la muñeca, antes de que la bocina marque el final del partido.
