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Fútbol | Real Valladolid-Las Palmas
2-1: Éxtasis en Zorrilla
31 de Marzo de 2012
No fue el partido más vistoso de los de Miroslav Djukic, en parte debido a que se encontraron con un rival bullicioso y deslenguado que con orden controló las genialidades blanquivioleta y que, en ataque, también exprimió su talento. No obstante, el Real Valladolid, animado por el calor de su hinchada, rebuscó en su casta para lograr sobre la bocina un gol y un triunfo que pone al Celta en alerta máxima.
El duelo comenzó con la presencia novedosa de Juanito en el eje de la zaga. Djukic premió con la continuidad al internacional gaditano y así ganar en experiencia en una defensa que no tuvo su primera agitación cardíaca hasta el minuto 6. Antes, el Real Valladolid había movido con paciencia para eludir la presión en tres cuartos del cuadro canario.
Hasta que un error, precisamente de Juanito, propició que Momo asistiese a Javi Guerrero dentro del área, aunque Jaime estuvo atento y taponó bien el remate del delantero de la UD Las Palmas. Sin lugar a duda, una ocasión que azuzó el ritmo de juego canario, puesto que, por unos instantes, sometieron a los blanquivioleta.
Empero, ese fulgor amarillo se atenuó a medida que Álvaro Rubio se incrustaba entre los centrales y Óscar empezaba a estar más participativo momentos antes de que Sisi hubiese de ser suplido por Jofre a tenor de una lesión en el hombro según se atisbaba desde la cabina de prensa.
La posesión era blanquivioleta pero cundía una contraproducente precipitación en algunos futbolistas, véase el caso de Nauzet, y no existía la suficiente viveza en los metros finales como para sobresaltar a la siempre correcta defensa "piolina". En la única vez que lo consiguió, Javi Guerra se topó con Barbosa.
El juego del Real Valladolid cada vez transitaba menos por los dominios canarios, equiparándose, de este modo, la posesión del esférico y tornándose el choque cada vez más tedioso. El equipo de Djukic intentaba armar buenas transiciones pero casi siempre caían al costado derecho donde bullía un Nauzet al que el exceso de motivación le estaba jugando una mala pasada.
Mientras, la UD Las Palmas conseguía crear ocasiones claras cuando Momo y Javi Guerrero conectaban. No obstante, y para regocijo del respetable, sendas oportunidades fueron abortadas por el trencilla del lateral.
El Real Valladolid contó con otra ocasión en un buen arreón cuando restaban unos seis minutos para el descanso, pero el disparo de Álvaro Rubio desde la frontal -recogió un rechazo- se estrelló en el travesaño. Una de las últimas acciones que levantaron a los aficionados de sus asientos antes de que se alcanzase el tiempo de asueto.
Pero las cosas cambiaron con la reanudación, dado que, cuando apenas habían pasado tres minutos, Nauzet protagonizó una gran jugada individual que puso el 1-0 en el electrónico. Llevaba intentándola todo el partido y en esta ocasión su chistera sí tenía un conejo.
Tiró un caño, se marchó por velocidad hasta ganar la línea de fondo, se fajó de un defensor con un quiebro y fusiló por bajo con la izquierda a Barbosa. Un tanto que el canario no celebró pues se lo marcó a su ex equipo y que hacía relativa justicia a lo visto hasta entonces.
Fogonazo de calidad que precedió a una fase apática del Real Valladolid, incapaz de sujetar las embestidas de una UD Las Palmas que se encontró con un gol en el minuto 61. David García remachó más solo que la una un córner medido. Tocaba volver a empezar, como la película de Garci, pero el Real Valladolid acusó el golpe y parecía sumido en un vaído.
Urgía recomponerse y, entonces, con Alberto Bueno en el campo, Óscar dio un paso al frente aunque eso no evitó que un error de Juanito sirviese un nítido contragolpe al cuadro insular que tiró por el retrete.
Las luces cada vez eran más tenues. La tarde se estaba volviendo lúgubre en parte debido a que la lucidez blanquivioleta se evaporaba con el paso de las minutos y su despliegue físico en la presión menguaba ostensiblemente. Aún así, el corazón, las ganas de sumar tres puntos para meter presión al Celta auspiciaron que el Valladolid contase con más ocasiones y llegase con energía al área canaria.
Guerra se encontró con un uno para uno con Barbosa, pero su disparo sutil susurró al poste al pasar. Ocasión que se fue al limbo, al igual que un remate de cabeza de Juanito que golpeó en el travesaño en el tiempo de descuento.
Pero el Valladolid estaba volcado y tanto ímpetu fue premiado con el gol de Óscar en el descuento tras el saque de un córner. El salmantino estaba en el lugar adecuado, sobre la línea de gol, y logró un tanto que, después de tanto sufrimiento, provocó que Zorrilla entrase en un éxtasis cuasi místico. Instantes después, Nafti vio una roja rigurosa.
Más presión para el Celta de Vigo, que deberá hacer los deberes mañana ante el Villarreal B para mantener la ventaja de cuatro puntos. Hoy, el Valladolid se acuesta a uno del ascenso directo.
El duelo comenzó con la presencia novedosa de Juanito en el eje de la zaga. Djukic premió con la continuidad al internacional gaditano y así ganar en experiencia en una defensa que no tuvo su primera agitación cardíaca hasta el minuto 6. Antes, el Real Valladolid había movido con paciencia para eludir la presión en tres cuartos del cuadro canario.
Hasta que un error, precisamente de Juanito, propició que Momo asistiese a Javi Guerrero dentro del área, aunque Jaime estuvo atento y taponó bien el remate del delantero de la UD Las Palmas. Sin lugar a duda, una ocasión que azuzó el ritmo de juego canario, puesto que, por unos instantes, sometieron a los blanquivioleta.
Empero, ese fulgor amarillo se atenuó a medida que Álvaro Rubio se incrustaba entre los centrales y Óscar empezaba a estar más participativo momentos antes de que Sisi hubiese de ser suplido por Jofre a tenor de una lesión en el hombro según se atisbaba desde la cabina de prensa.
La posesión era blanquivioleta pero cundía una contraproducente precipitación en algunos futbolistas, véase el caso de Nauzet, y no existía la suficiente viveza en los metros finales como para sobresaltar a la siempre correcta defensa "piolina". En la única vez que lo consiguió, Javi Guerra se topó con Barbosa.
El juego del Real Valladolid cada vez transitaba menos por los dominios canarios, equiparándose, de este modo, la posesión del esférico y tornándose el choque cada vez más tedioso. El equipo de Djukic intentaba armar buenas transiciones pero casi siempre caían al costado derecho donde bullía un Nauzet al que el exceso de motivación le estaba jugando una mala pasada.
Mientras, la UD Las Palmas conseguía crear ocasiones claras cuando Momo y Javi Guerrero conectaban. No obstante, y para regocijo del respetable, sendas oportunidades fueron abortadas por el trencilla del lateral.
El Real Valladolid contó con otra ocasión en un buen arreón cuando restaban unos seis minutos para el descanso, pero el disparo de Álvaro Rubio desde la frontal -recogió un rechazo- se estrelló en el travesaño. Una de las últimas acciones que levantaron a los aficionados de sus asientos antes de que se alcanzase el tiempo de asueto.
Pero las cosas cambiaron con la reanudación, dado que, cuando apenas habían pasado tres minutos, Nauzet protagonizó una gran jugada individual que puso el 1-0 en el electrónico. Llevaba intentándola todo el partido y en esta ocasión su chistera sí tenía un conejo.
Tiró un caño, se marchó por velocidad hasta ganar la línea de fondo, se fajó de un defensor con un quiebro y fusiló por bajo con la izquierda a Barbosa. Un tanto que el canario no celebró pues se lo marcó a su ex equipo y que hacía relativa justicia a lo visto hasta entonces.
Fogonazo de calidad que precedió a una fase apática del Real Valladolid, incapaz de sujetar las embestidas de una UD Las Palmas que se encontró con un gol en el minuto 61. David García remachó más solo que la una un córner medido. Tocaba volver a empezar, como la película de Garci, pero el Real Valladolid acusó el golpe y parecía sumido en un vaído.
Urgía recomponerse y, entonces, con Alberto Bueno en el campo, Óscar dio un paso al frente aunque eso no evitó que un error de Juanito sirviese un nítido contragolpe al cuadro insular que tiró por el retrete.
Las luces cada vez eran más tenues. La tarde se estaba volviendo lúgubre en parte debido a que la lucidez blanquivioleta se evaporaba con el paso de las minutos y su despliegue físico en la presión menguaba ostensiblemente. Aún así, el corazón, las ganas de sumar tres puntos para meter presión al Celta auspiciaron que el Valladolid contase con más ocasiones y llegase con energía al área canaria.
Guerra se encontró con un uno para uno con Barbosa, pero su disparo sutil susurró al poste al pasar. Ocasión que se fue al limbo, al igual que un remate de cabeza de Juanito que golpeó en el travesaño en el tiempo de descuento.
Pero el Valladolid estaba volcado y tanto ímpetu fue premiado con el gol de Óscar en el descuento tras el saque de un córner. El salmantino estaba en el lugar adecuado, sobre la línea de gol, y logró un tanto que, después de tanto sufrimiento, provocó que Zorrilla entrase en un éxtasis cuasi místico. Instantes después, Nafti vio una roja rigurosa.
Más presión para el Celta de Vigo, que deberá hacer los deberes mañana ante el Villarreal B para mantener la ventaja de cuatro puntos. Hoy, el Valladolid se acuesta a uno del ascenso directo.