Foto de familia del partido. Reportaje gráfico: Antonio Aragón
Foto de familia del partido. Reportaje gráfico: Antonio Aragón
Foto de familia del partido. Reportaje gráfico: Antonio Aragón
Alberto López Moreno con Javier, periodista que llevó su mítica camisola.
Staff técnico del equipo de periodistas.
Alberto López Moreno busca la línea de fondo.
Fútbol  |  Real Valladolid

Carcajadas y un arbitraje casero

21 de Diciembre de 2011
Escrito por
Antonio Aragón

Y es que el Real Valladolid cedió, como cada año, sus instalaciones, nada más y nada menos que su coliseo -el estadio José Zorrilla-, sus equipaciones y a sus estiletes, dado que los periodistas radiofónicos tenían prohibido por sus empresas acudir a cualquier acto navideño de los clubes de la LFP a colación de la prohibición que les impide narrar y entrar a los estadios.

Así, Marco Antonio Méndez y José Miguel Ortega, decanos del periodismo vallisoletano y técnicos del primer equipo (Lovanobsky y Terry Venables) contaron con pocos efectivos del oficio de "juntaletras" y debieron recurrir a algunos empleados del club para reforzar su plantel.

Alberto López Moreno y Javier Torres Gómez, entre otros, se hicieron los dueños del vestuario y animaron a los presentes a vaciarse sobre el mimado césped de Zorrilla. Y vaya que lo hicieron, ya que el equipo de periodistas, con tan sólo dos recambios, aguantó durante el primer período las tablas iniciales. La retaguardia, excelsa, con Fernando Escudero, de RTVCYL, a lo Beckenbauer.

No obstante, era cuestión de tiempo que el gol del cuadro de los empleados del club subiese al marcador, pues, a pesar de los fichajes galácticos de Alberto López, Javier Torres Gómez o Baltanás, a los periodistas les tocó defenderse con uñas y dientes para frenar las oleadas de los Juan Carlos, Chuchi Macón o Alberto Marcos Rey.

Al final, un penal discutido, transformado por Julio Hernando, dio la victoria a los empleados del club, que también vieron como se les pitaba otra pena máxima que Turiel desperdició. Una victoria que no fue óbice para que todo fuesen bromas, risas y fotos entrañables, como la que se hizo un joven periodista que portaba una mítica camiseta de Alberto. Se inmortalizó junto a su ídolo de juventud, quien, nada más la vio, buscó la cámara para dejar constancia de tan emotivo reencuentro.

En el capítulo de lesiones, hubo de lamentar la de un servidor que cayó en mala postura al intentar colgar el balón con su pierna menos mala (ridículo espantoso) y la de José Anselmo Moreno, de Efe, con un tirón traicionero.

Tras el partido y la pertinente ducha, todos ellos se fueron hasta la sala VIP del palco para degustar un vino español que, sin lugar a duda, les sirvió para reponer las fuerzas y comentar las mejores jugadas del encuentro y otros avatares de la vida profesional y deportiva en un tono netamente distendido. Una buena y tradicional manera para desear felices fiestas y relajar la relación entre el club y los periodistas que, esperamos, se mantenga viva por muchos años más.