2-2: El Real Valladolid insiste en empatar

El Real Valladolid volvió a dejar con ganas de más a su
afición. Un empate lejos de casa no suena mal, y frente al líder parece mejor
todavía. Pero una vez más, el equipo de Djukic desaprovechó una importante
ventaja para sumar tres puntos y se tuvo que conformar con la igualada. Ya van
siete allende de Zorrilla. Ocho en total sumando el de hace siete días frente
al Deportivo.

El comienzo del partido no fue el mejor posible. Un dominio
total y absoluto de los de Mandiá en los primeros minutos hacía pensar que los
alicantinos habían desayunado más que un Valladolid que lucía su segunda
equipación, pero con pantalón violeta en vez de negro.

Desde el pitido inicial, el Hércules insistió en atacar por
su banda izquierda. Lo hizo consciente de los problemas que podían generar al
Pucela. Mikel Balenziaga sufría ante la velocidad de Carlos Calvo y las
incorporaciones de Peña, con Nauzet Alemán espeso en la tarea defensiva.

Sin embargo, marcó el que menos lo merecía. Javi Guerra
recibió un balón dentro del área y algo escorado cruzó el balón ante la salida
de Falcón. Golpeó fatal al esférico, pero fue la clave para despistar a Falcón.
El guardameta del Hércules tropezó y fue sorprendido a contrapié. El balón
entro llorando ante la atenta mirada de Óscar González, preparado por si el
cuero salía rechazado por el poste. El gol sirvió para que el Real Valladolid
despertase y le diese velocidad al partido. La posesión era de los alicantinos,
pero los vallisoletanos intimidaban a la contra.

 A balón parado, se
sucedían las ocasiones para el rival, que había tenido cincos saques de esquina
ya en el minuto 15. Entre líneas, el peligro pucelano lo ponían Óscar González
y Víctor Pérez. El madrileño salió enchufado y completó su mejor partido desde
que viste la camiseta del Real Valladolid, devolviendo la confianza de Miroslav
Djukic, que le ha otorgado galones en el centro del campo desde la primera
jornada. Incluso tuvo premio, ya que en el minuto 40 una pérdida de Abel
Aguilar la aprovechó encarar a Falcón y hacer de tiro cruzado  el segundo. Demasiado premio para una primera
parte voluntariosa pero lejos del control del encuentro al que acostumbra el
equipo.

Tras la reanudación, se sucedieron las malas noticias. En menos
de seis minutos, Nauzet Alemán vio una tarjeta amarilla y Abel Aguilar enmendó
su error en el segundo tanto blanquivioleta recortando distancias. Lo hizo tras
rematar de cabeza un balón procedente de un saque de esquina botado por Carlos
Calvo. Incomprensiblemente, Jaime se quedó sobre la línea de cal debajo de su
portería. Y solo unos minutos después repitió la fallida decisión y lo único
que cambió fue el protagonista del cabezazo: David Aganzo. El Hércules empató y
el Valladolid se quedó con diez jugadores, ya que Nauzet Alemán fue expulsado
por protestar a Mariscal Sánchez. El canario, que había dicho entre semana que
necesitaba “hacer el triple que los demás para jugar”, no demostró estar
preparado para ser titular.

Solo en el último tramo del encuentro el Valladolid fue fiel
a su filosofía. Pese a estar con un jugador menos y enfrentarse al líder, no
renunció a la victoria. Buscó los tres puntos, también con algo de sufrimiento,
y tuvo varias ocasiones para ganar. En botas de Jofre, que no brilló en su
regreso al once inicial, y especialmente con un tunante Javi Navas que
sustituyó a Óscar González. El Hércules insistía con Carlos Calvo por la banda
izquierda y con la estrategia por bandera. Javi Baraja reemplazó a Nafti y con
diez minutos por delante por jugarse Manucho dio el relevo a Javi Guerra. Tuvo
tiempo el angoleño para asustar al Rico Pérez con un disparo cruzado que fue
demasiado suave.