Miguelón no se merecía un paquete así para su debut como profesional.
Miguel Cuadrado, Miguelón, el púgil vallisoletano que ha decidido pasar al boxeo profesional en su ciudad y ante su público, no se merecía el saco de patatas con el que le enfrentaron en la noche del pasado viernes en Pilar Fernández Valderrama.
Gordo, fofo, fondón y asustado, el británico Marty Kayes no veía el momento en que el árbitro del combate parara el aluvión de golpes que le propinaba el neoprofesional pucelano. Afortunádamente el juez de la contienda (por llamar de alguna manera al esperpento que tenía lugar sobre el ring) decidió parar la masacre antes de final del primero de los 6 asaltos programados. Hay ingleses que vienen a España a hacer balconing, Kayes lo hubiera preferido.
Al parecer es difícil encontrar contrincantes de valía que quieran venir a pelear; será cuestión de la bolsa que se ofrece, pero lo que está claro es que hubo quien pagó 45€ por la velada. Por la velada y por los 40 minutos de descanso entre los combates de los aficionados y los profesionales.
Tampoco el combate de Salvi que precedió al de Miguelón pasará a los anales del pugilismo vallisoletano. Más batalla plantó Chicky ‘La Roca’ a Salvi Jiménez. El dos veces campeón de España dominó de cabo a rabo los ocho asaltos del primer combate profesional de la velada. Salvi se gustó sobre la lona, remedó el espectáculo al que tiene acostumbrado y aunque en ningún momento quiso apretar a su contrincante a pesar de que su público se lo pedía, deleitó a una grada del Pilar Fernández Valderrama repleta en la primera velada organizada por Diamond Fighters. Los envites de Salvi fueron soportados por un Chicky La Roca que, con su buen humor pese a la derrota, se ganó el aplauso del público. Más parecía, por las muestras de cariño entre los contendientes que se trataba de una exhibición entre amigos, de un entrenamiento, que del auténtico desafío como se esperaba.
Sin poder disfrutar de la pelea femenina por la caída de última hora de la rival de Isabel Rivero, los ojos se pusieron en los tres combates amateur que completaron la velada en la que tres púgiles locales ganaron horas de vuelo sobre el cuadrilátero.
La suerte no sonrió a los boxeadores de la casa, que representaban a Club La Campiña. El encargado de abrir la noche, Rubén Tejedor, no pudo superar al púgil del club madrileño Team Valenciano Jhosimar Sagbay. Su compañero de equipo Cristhian González corrió la misma suerte ante su rival: Dani Collaguazo, del Team Tiger Ávila.
Valladolid no pudo ‘salvar la honra’ tampoco con uno de los púgiles jóvenes más prometedores, Alexis García, que perdió tras un intenso combate contra el leonés Aaron Miñambres, integrante del 1664 Fight Club. Todos ellos, eso sí, alimentaron el espectáculo en una velada que demostró que Valladolid tiene ganas de ver boxeo.