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Febrero, el mes preferido para los gimnasios

Parece que no es del todo cierto eso de que con las campanadas de Nochevieja y los buenos propósitos de Año Nuevo, vayamos corriendo a apuntarnos a un gimnasio. No es enero, sino febrero y octubre, los meses en los que los gimnasios más inscripciones reciben. "La gente deja pasar los Reyes y cuando se ve a mitad de mes, y con la cuesta de enero, lo deja para el siguiente mes", explica Enrique Maeso, de la asociación de gimnasios de Castilla y León.


De todas formas, estos abonos proceden de la población "flotante" -en el argot de los gimnasios-. Es decir, que las buenas intenciones son flor de un día, o de unos pocos meses. "En los centros deportivos hay dos grupos: una población permanente, fiel, que de verdad se apunta y va, y luego hay la que llamamos flotante, que son esos compromisos de principios de año que al final no se cumplen", explica sonriendo.


Además, Maeso asegura que ya no hay "tantas puntas inscripciones", sino que la gente ha asimilado el hacer ejercicio dentro de los hábitos cotidianos y ha incoporado a sus horarios el ir más asiduamente al gimnasio. "Son gente más enganchada, dicho coloquialmente, que lo tienen asumido en su vida diaria, y que suele hacer contrataciones más largas para tener también un mejor precio", apunta.


Por esta razón, octubre es el otro mes en que también la gente suele acudir a apuntarse al comenzar un curso nuevo. Tampoco es septiembre, otra creencia popular que se desmitifica. "En Valladolid por lo menos, en septiembre están las fiestas, y dejamos pasar ese mes sin ir al gimnasio", añade Maeso.


A todo esto hay que añadir la tan manida crisis económica, que también ha hecho mella en el mundo deportivo. "Se nota que las matrículas han ido disminuyendo y la crisis se ha notado muchísimo", asegura.


Mito o no, lo cierto es que ya estamos en febrero y hay que incorporar los hábitos saludables a nuestra actividad cotidiana.