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Vuelve la liga y con ella la recta final

Después de una semana de parón por la competición de las selecciones regionales, la Superliga vuelve para comenzar los partidos de vuelta de la segunda fase, o lo que es lo mismo, el último empujón para que se termine el campeonato. Al Real Valladolid Femenino le quedan en total seis partidos, en los que tendrá que demostrar si seguirá siendo un equipo para competir en la máxima categoría o, por el contrario, se convertirá en uno más de la división de plata del fútbol femenino. Las apuestas están echadas.


Y es que según se le ha podido ver en todo lo que llevamos de competición las apuestas están muy claras, demasiado claras. Los números lo dicen todo. De 20 encuentros ha perdido 17. Solamente se ha librado de tres derrotas al empatar con el Éibar y el Reocín Racing, por doble, durante la primera fase. Pero si ya eran malos los resultados de esta primera ronda, los de la segunda aún les superan.


Las blanquivioletas cierran el grupo C, compuesto por siete equipos. Los cuatro primeros evitarán el descenso, puestos que de momento se los rifan entre el Levante (13 puntos), L’ Estartit (13 puntos), el Collerense (12 puntos) y el Lagunak (12 puntos). Con opciones de aguarles la fiesta y colarse entre uno de éstos –por lo menos de caer con la cabeza alta- se encuentra el Sevilla Femenino, que cuenta con 7 puntos. Las Palmas (4 puntos) mira a la permanencia con todo un mar por delante, mientras que las vallisoletanas (sin puntuar) aún no se han dado cuenta de que la liga no solo no ha empezado ya, sino que está a punto de finalizar.


El rival


El RVF recibirá la visita (domingo a partir de las 13:00 horas en los Anexos) de un rival más que conocido, pero no por ello vencido. Las Palmas, que se juega poco más que orgullo, se volverá a ver las caras con las blanquivioletas, y con ésta ya van seis veces las que se encuentran unas y otras en el mismo camino. De las cuales, las isleñas siempre se han llevado los tres puntos.


El último asalto se saldó con 1-0 y estuvo bastante igualado en cuanto al juego, aunque la pegada de las canarias fue más certera. Precisamente, la pegada es de lo que carece el Valladolid, que en toda esta segunda fase solamente ha anotado un gol y no da muestras de que esto pueda cambiar. Es cierto que ha corregido importantes fallos defensivos, pero los efectivos (mermados) son los que son.


Las numerosas bajas y lesiones han minado las expectativas del RVF y con ellas la moral, que nunca había estado tan por los suelos como ahora. Se ha intentado arreglar el problema -tarde como siempre- del escaso recambio trayendo a una portera, Jada, y a una medio centro, Natalia. Pero los resultados todavía están por llegar. Quizá hubiera sido más efectivo atajar el problema de raíz (que reside más arriba) aunque no por ello deseado por el club.


Centrándonos en el encuentro, la única duda blanquivioleta para disputar el partido será Lorena, quien ha regresado renqueante de la concentración con la Selección Española sub 17.