Muchos nervios en la Acera de Recoletos. FOTO: valladoliddeporte.es
Muchos nervios en la Acera de Recoletos. FOTO: valladoliddeporte.es
Muchos nervios en la Acera de Recoletos. FOTO: valladoliddeporte.es
La locura se desató con el gol de Silva. El triplete estaba más cerca.
No hay mejor manera de celebrar el triunfo que entre amigas.
Pinturas de guerra en las caras de los aficionados
Fútbol  |  Selección Española

Valladolid se volvió a teñir de roja y gualda

2 de Julio de 2012
Escrito por
Marlo Carracedo

Una marea roja de seguidores inundó la Acera de Recoletos que presentaba un lleno absoluto desde la Plaza Zorrilla hasta la Plaza Colón, lugar elegido para colocar la pantalla gigante a la que se dirigieron las miradas de los vallisoletanos durante 90 minutos históricos.

En los prolegómenos del encuentro se notaba el nerviosismo de los aficionados que corrían buscando un lugar que les permitiese disfrutar de la magia de Iniesta, los milagros de Casillas o los pases de Xavi sin perder detalle. El júbilo era controlado porque como nos decían los aficionados “Italia venía jugando y definiendo muy bien y la selección no había hecho su mejor partido contra Portugal”.

Comenzó el partido y la tensión previa se disipó por el buen comienzo de los de Del Bosque. Se Escucharon en las inmediaciones del Campo Grande los primeros “¡Uys!” con los acercamientos de España al área de Buffon y Valladoliddeporte encontró un grupo de seguidores que no se olvidaron en la final de “su” Pucela. Iván y Mar, dos amigos socios del Real Valladolid que acuden al estadio desde hace 20 y 10 años, respectivamente. Corría el minuto 14 del partido cuando Silva abrió la lata con un gol a pase de Cesc que se tradujo en saltos de alegría y abrazos entre los asistentes, desconocidos antes del partido pero compañeros durante 90 minutos.

Banderas de España ondeaban sin descanso y ya con la confianza del gol a favor empezaron a corear los primeros cánticos, del “No hay dos sin tres” al  “¡Yo soy español, español, español!” que no falta en ningún partido de la selección.

La euforia da paso a la tensión durante los minutos siguientes, en los que Italia controló el partido, aunque a nuestro lado hay tranquilidad. Iván nos cuenta que está “tranquilo porque el Pucela ya ha vuelto a casa”, la victoria de la selección es un extra pero lo importante para él ya está conseguido. La Acera de Recoletos está en silencio y cuando le preguntamos a Iván por su afición al fútbol nos canta “¡Ni Barsa, ni Madrid, Real Valladolid!” que nos deja clara cuál es su pasión. Se acerca el descanso, es el minuto 41 y el hombre revelación de la Eurocopa corta nuestra conversación. Golazo de Jordi Alba y de nuevo cánticos, saltos y abrazos pero esta vez la diferencia es que ni el descanso hizo que cesara la emoción.

La alegría  se mantuvo durante el resto del encuentro. Los vallisoletanos pintados con los colores de España, con gorros y con banderas ya tocábamos con la yema de los dedos la Eurocopa que nos haría eternos.

El partidazo de los nuestros animó a corear “¡Olés!” en cada pase porque La Roja había esperado a la final para hacer su mejor partido y el júbilo controlado dio paso a la euforia que culminó en las postrimerías del encuentro con los goles de Torres y de Mata en los minutos 84 y 88 para aplastar a Italia y confirmar que somos la mejor selección de la historia pero también que la mejor afición se reunió junto alrededor de otro conquistador, Cristobal Colón, para demostrar que Valladolid también juega con La Roja.