Una ilusión llamada Copa

No es el Real Valladolid precisamente un equipo con ‘feeling’ en la Copa del Rey, pero tampoco lo contrario. Dos finales perdidas de la segunda competición nacional en importancia ha sido lo máximo que ha conseguido el Pucela en la Copa. De haber ganado, hubiera supuesto el mayor éxito de la historia del club.

Pero no hay que viajar mucho en el tiempo para recordar la última vez que hubo ilusión copera. Con Mendilíbar en el banquillo, como no podía ser de otra manera, el conjunto blanquivioleta llegó a soñar. La temporada del ascenso el Deportivo de la Coruña impidió el acceso a Semifinales, y un año después una pésima actuación arbitral en el Vicente Calderon impidió al equipo  entonces liderado por Joseba Llorente plantarse en Semifinales.  Los dos últimos años Sporting de Gijón y Mallorca bajaron pronto de las nubes a la afición vallisoletana.

Antonio Gómez, el nuevo entrenador, ha dejado claro que le interesa la Copa y que el claro objetivo es pasar esta segunda ronda. De la convocatoria se han quedado fuera fuera Justo Villar (citado con Paraguay), Guilherme, Jordi, Carlos Lázaro, Álvaro Rubio y Bueno. Si no hay sorpresas, habrá bastantes cambios con respecto a la victoria liguera frente al Villarreal B, aunque algún jugador, como Jacobo en la portería, podría repetir titularidad.

Al rival también le interesa la competición y, al igual que el Valladolid, ha conseguido la victoria en su debut liguero en casa. En un partido muy reñido y un poco loco, Las Palmas derrotó al Nástic de Tarragona 3-2. El entrenador del conjunto canario Paco Jémez, ha advertido que varios de los jugadores ausentes el sábado ante el Nástic disputarán este encuentro con el fin de repartir minutos. Cabe recordar que, con motivo de su partido liguero el próximo sábado a las 18,00 en Huesca, toda la plantilla grancanaria (excepto Pignol y con los jugadores del filial Israel y Raúl) ha viajado a Valladolid y no volverá a las islas hasta el domingo.

La primera ‘copa’, de un trago. Toca dar un nuevo golpe encima de la mesa e ilusionar de forma definitiva a la afición.