Un abrazo de gol, como no, en Zorrilla. Foto: Photogenic.
Un abrazo de gol, como no, en Zorrilla. Foto: Photogenic.
Un abrazo de gol, como no, en Zorrilla. Foto: Photogenic.
Fútbol  |  Real Valladolid

Una dulce resaca

21 de Noviembre de 2011
Escrito por
Antonio Aragón

No ha hecho falta un ibuprofeno, sino que entran ganas de brindar, de disponer un poco de zumo de cebada y celebrar, sin tirar la casa por la ventana, un anhelado alunizaje.

Han pasado catorce jornadas. Un tramo importante del campeonato como para someter a estudio el devenir del mismo. Catorce partidos con sus correspondientes resultados, los cuales han aupado al Real Valladolid al segundo puesto de la clasificación.

Merced, en buena medida, a los soberbios guarismos recabados entre los cimientos del macizo Zorrilla. Una única derrota y ningún empate. Veasé: seis victorias en los siete partidos que ha disputado. Números de equipo "descortés" con los adversarios que le revistan. Estadísticas del mejor conjunto como local de la Segunda División.

Posee 26 puntos. 18 de ellos, obtenidos, no sin sudar sangre, bajo la avezada mirada de su hinchada. El resto provienen de cinco empates y una victoria a domicilio. En definitiva, y después del empate cosechado ayer por el Almería ante el Cartagena -penúltimo y próximo rival de los vallisoletanos-, el Real Valladolid se ha adentrado, piano piano, en los puestos nobles.

Un carro de combate del que el segundo equipo más goleador (junto al RCD de La Coruña) y el que menos partidos ha perdido (junto al Almería) no quiere bajarse. Desea blindarse, "abrir brecha" y torpedear con la misma potencia en parajes inhóspitos, extraños.

Sisi, valeroso y comprometido, lo sabe. Deben empezar a ganar fuera para mullir un colchón de puntos respecto a sus inmediatos perseguidores por si asoma un desahucio. Se han instalado y de ahí, de la zona privilegiada, no quieren salir. Más bien pretenden que ésta les abrigue, les reconforte y les insufle con nuevas energías para que se escabullen los minúsculos reproches.

"Nos sirve para ver que a pesar de que los empates fuera no terminan de lanzarnos, sirven de algo. Estamos muy contentos por cómo están saliendo las cosas y creo que estamos en una línea muy positiva. Hay días en los que no se juega del todo bien pero en general venimos haciendo un juego bonito", comentó a la Agencia Efe.

Pero el albaceteño, franco, escurridizo ante los ambages, admitió que el equipo debe dar "un plus". "Es lo único que nos queda para abrir brecha y coger colchón. Estamos bien en ataque y con solidez defensiva, aunque encajamos muchos goles de estrategia. Son pequeños detalles que menciono por echarnos algo en cara, pero ahora mismo al equipo no se le puede reprochar nada", aclaró el futbolista, que hubo de ser sustituido en virtud de una aparatosa herida en la barbilla tras una dura entrada del guardameta del Villarreal Mariño. "Merecedora de roja", matizó.

La sangre brotó y el médico le cosió. Interna y externamente. Puntos que este lunes le tiraban pero que espera que no le impidan jugar ante el Cartagena este sábado a las 18,00 horas (estadio Cartago Nova).

Mientras tanto, él y sus compañeros disfrutarán, sin perder el norte (esperamos), de la buena nueva. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse y el Real Valladolid quiere hacerlo con solidez, con disciplina espartana.

Un "modus operandi" que pudiera sobresaltarse con los terroríficos problemas económicos. Un estimulante sueño que ojalá anule la "Pesadilla en Mundial 82 Street", pese a que ésta aparezca cada vez que los jugadores revisan su cuenta bancaria, carente de ingresos desde hace varios meses. ¿Zozobrará el barco?

Ahora sí hace falta el analgésico...