Un nuevo proyecto demasiado irregular
Angel Velasco
Cuando uno no decide sus objetivos lo más probable es que el club se quede en tierra de nadie. Cuando un equipo es capaz de lo mejor y de lo peor, lo más normal es que dicho conjunto termine sin luchar por nada; ni por perder la categoría ni por cotas altas de la clasificación. Y esto es lo que le ha pasado al Club Deportivo Numancia en la presente campaña. El proyecto, que comenzó con la sorpresa de despedir a Pacheta para dar las riendas deportivas al ex futbolista Palacios, no ha tenido en ningún momento un objetivo claro. Con la llegada de Unzué no se sabía si el equipo aspiraría a no descender, a entrar en los play-off No se dijo nada y el equipo lo ha sufrido. La institución con esto lo que buscaba era no presionar a los futbolistas ni al entrenador y poder crecer y trabajar sin presión.
Dicha libertad ha sido un arma de doble filo durante toda la temporada. El mejor ejemplo se da en el partido de la primera vuelta ante el Real Valladolid. Allí los pupilos de Unzué dieron la vuelta al marcador y ganaron 4-5 en el debut de Abel Resino. La confianza en sí mismos y el hecho de no jugarse nada definido jugó a su favor tanto como lo hizo en contra solo una semana después. Tras dar la campanada en el José Zorrilla, los rojillos perdieron en su estadio ante el Albacete Balompié. Lo que les permitió remontar en Valladolid le jugó una mala pasada ante uno de los equipos más flojos de la categoría.
Refuerzo para evitar sustos. El encuentro ya comentado ante el Albacete Balompié fue un severo toque de atención a la dirección deportiva encabezada por el navarro César Palacios. El club apreció las limitaciones de una plantilla creada al gusto del entrenador, por su extensión, y se lanzó al mercado de invierno.
Como años anteriores, en este periodo, los rojillos tiraron de agenda y hablaron con clubes amigos para la cesión de jugadores. Hasta Los Pajaritos llegaron dos futbolistas jóvenes pero de contrastada experiencia que no llegaban para sumar, llegaban a Soria para ser básicos. Ion Vélez y Sunny llegaron en calidad de cedidos para foguearse y coger confianza y minutos. Dos refuerzo de nivel que llegaron con un cartel que no están cumpliendo, y es aquí por donde empieza el problema en la no recuperación del equipo soriano,
El fin de un mito para el Numancia. Vélez y Sunny llegaron para cubrir puestos que el equipo tenía un poco vacíos, sin competencia, algo que en el extremo zurdo no pasa. Para la banda izquierda la dirección deportiva no buscó ningún jugador porque ese puesto está más que cubierto. Ahí podemos ver al mejor jugador del equipo y, posiblemente, uno de los más determinantes de la categoría: José Javier Barkero. El vasco, que cerca estuvo de firmar por el Real Valladolid hace dos temporadas, es el máximo goleador del equipo sin ser delantero centro. Lleva 14 goles y está muy cerca de abandonar la disciplina rojilla para retornar a la máxima categoría del fútbol español.
Su fichaje por el Levante es un secreto a voces que dejará a Soria sin el último de sus ídolos. Sus goles y liderazgo en Primera división en la campaña 2008/2009 se han seguido viendo las siguientes campañas en la Liga adelante en las que no le han faltado ofertas. En breve se marchará un símbolo para el Numancia que dejará un hueco muy grande en el campo y en la grada.