Un equipo con dos caras
Digerir un descenso de categoría inesperado es complicado. Son muchos los equipos a los que les cuesta afrontar un cambio tan importante y en las primeras jornadas sufren mucho. Le ocurrió al Real Zaragoza que se confeccionó para Europa, le costó mucho también al Real Betis en su primera temporada y no fue menos el Atlético de Madrid en su primer año en el infierno. La Segunda división es complicada y el nombre no vale. Tener un título de Liga y otro de Copa del rey en pocos años no funciona y el Deportivo quizás no lo sabía. Por ello, y pese a contar con un entrenador conocedor de la categoría, los gallegos está sufriendo mucho en este primer cuarto de temporada.
Lo futbolistas de Oltra son el grueso duro de los que tuvo la temporada Lotina y quizás está aquí el gran problema del equipo. Andrés Guardado, Juan Carlos Valerón o Diego Colotto son jugadores que no conocían la categoría y su aclimatación a los partidos sin la afición blanquiazul está siendo dura. Sólo dos victorias como visitante demuestran que el equipo coruñés baja muchos enteros, quizás demasiados, cuando el récord histórico de abonados del club no está presionando al equipo rival y empujándoles a ellos hacia la victoria. Las cuatro derrotas fuera de Galicia dan que pensar en que algo de cambiar en el equipo para volver a la élite en tan sólo una temporada.
Riazor sólo del Deportivo
La debilidad de la que adolece el club de Lendoiro fuera de Coruña se solventa con la seguridad del equipo en su estadio. En lo que se lleva de temporada tan sólo Hércules y Nástic de Tarragona han rascado algo de Riazor. Los demás equipos han claudicado y lo han hecho con merecimiento. En Coruña los equipos conocen el alma del Super Depor y la furia de su afición, un sector que no ha abandonado al equipo en esta dura situación. Con el equipo en Segunda lo coruñeses se han volcado y han conseguido el récord de abonados.
El problema para el equipo es que esos más de 25.000 socios no pueden viajar cada dos semanas con el autobús del equipo y la solvencia se convierte en irregularidad una doble versión que les deja en unos insuficientes puesto de play-off.
Siempre Aranzubía
En las dos caras que posee el actual Deportivo de la Coruña siempre hay un referente. Dani Aranzubía, portero coruñés desde hace tres temporadas, es el ídolo de la afición y uno de los referentes del vestuario. Juegue bien o mal su opinión siempre suele tener más peso que la de cualquier otro. Tan sólo la planta de Valerón le resta protagonismo a un cancerbero que fue internacional y que ahora le toca liderar el retorno del Deportivo desde una portería que debe quedarse a cero en el mayor número de las ocasiones posible.
Todos saben que para ascender es importante ser solventes atrás y de momento el Deportivo de la Coruña no lo es. Debe aplicarse en este aspecto desde ya para dar un golpe de efecto. Eso sí, el estadio donde tiene que darse ese punto de inflexión no es mejor. El estadio José Zorrilla es una pesadilla para los gallegos ya que han ganado sólo una vez en los últimos 12 años.