Djukic, durante la entrevista.
Djukic, durante la entrevista.
Djukic, durante la entrevista.
En Zorrilla, durante el último partido contra el Depor. Foto: Ángel Becerra
Desde el balcón del Ayuntamiento celebrando el ascenso. Foto: Ángel Becerra
Manteado por su equipo el día del ascenso contra Alcorcón. Foto: Photogenic
Fútbol  |  Real Valladolid

Un día de partido con... Djukic (2ª parte)

14 de Mayo de 2013
Imagen de sgarcia
Escrito por
Sara García

Crecer, aprender y mejorar son tres verbos que le definen y una vida ligada al fútbol es lo que nos quedó claro de la primera parte de esta entrevista a Miroslav Djukic, entrenador del Real Valladolid. Así ha sido siempre y él lo ha tenido claro desde el principio. Incluso desde que jugaba en su país, mucho antes de venir a España como jugador y después como entrenador. No hay que olvidar que lleva 21 años de profesional. "Llevo jugando todo mi vida, desde que estaba trabajando en mi país con las máquinas excavadoras, pero cuando me dieron una oportunidad, yo sabía que no se me podía escapar".

Desde entonces han pasado muchas ciudades por su vida, La Coruña, Valencia, Tenerife...Debutó como entrenador en Primera División con el Hércules ganando. A pesar de mejorar los resultados no pudo evitar el descenso del equipo alicantino, aunque afirma que se le juntaron otras cosas extradeportivas y en nueve jornadas no tuvo tiempo suficiente: "era poco tiempo y demasiados problemas, un vestuario deteriorado". Sin embargo, él asegura que cuando de verdad se hizo entrenador fue en Serbia. Su primer reto fue al frente de la Selección sub-21 de Serbia, con la que se proclamó subcampeón de Europa.

Ahí recuerda perfectamente el partido clave y lo relata como si lo estuviera viviendo de nuevo: "Yo me hago entrenador en Serbia". Hasta entonces, las cosas le salían "demasiado bien", pero un partido crucial fue cuando se clasificaron para el Campeonato sub21 de Europa contra Suecia después de haber perdido 0-3 el primer partido en casa, "con el público silbando y unas críticas impresionantes", recuerda. "El único culpable soy yo, les dije, no quería que se echaran las culpas unos a otros, sólo les dije que quería verlos juntos hasta el final". El partido de vuelta lo afrontó como una manera de lavar la imagen del equipo, sólo quería ganar ese partido y mantener la unión del grupo. "El equipo salió con una rabia increíble y en la primera parte ganábamos 0-3. Al final ganamos 0-5 y nos clasificamos y luego quedamos subcampeones", relata todavía hoy muy satisfecho.

Ascenso

Entonces, le preguntamos si ése es el partido más especial que recuerda, o quizás el ascenso con el Real Valladolid la temporada pasada, pero él asegura: "Cada final es diferente, cada éxito se te queda marcado, pero se viven de distinta forma". Y añade del partido contra Alcorcón en Zorrilla: "hay mucha mezcla de sentimientos, angustia, toda la gente depende de ti, pero sabes cómo es el fútbol...". Recuerda la presión, el sufrimiento, aquel gol en contra..."pero este equipo tiene mucho carácter, esa unión hizo que supieran sobreponerse y fue un premio merecido, un alivio, una hazaña importante para el club. Habíamos sufrido mucho durante el año, aunque intentas que los jugadores no lleven tanto peso".

Aún así repite que como entrenador se vive distinto, "como jugador se reparte, pero como entrenador es en solitario, el fracaso es del entrenador", asegura. En el fútbol ya se sabe que es más fácil echar al entrenador aunque los jugadores no rindan, y él explica: "echar a los jugadores es muy caro, o no se puede, y los directivos no se van a echar a sí mismos, así que lo más fácil es echar al entrenador para intentar cambiar de estrategia", pero no se cree que un vestuario lo haga mal para echar al técnico. "No, no, los jugadores quieren ganar siempre, seguro, si no rinden es porque el entrenador no sabe sacar lo mejor de ellos. El jugador quiere éxito, ser importante, nos enseñan eso desde siempre".

A pesar de la soledad del entrenador que comenta, su trabajo engloba muchas otras cosas que también tiene claras: "Sé cuál es el camino porque yo lo he elegido". Y las explica: "tienes que manejar muchos conceptos, todo entra en mi trabajo, desde la relación con la prensa, con la sociedad, es un cúmulo de cosas complejas que hay que saber manejar. La rueda de prensa por ejemplo, no es ir ahí y charlar un poco. Yo aprovecho para lanzar mi mensaje, utilizo muchas metáforas porque soy consciente de que trasciende más así". ¿No le preocupa que la gente malinterprete sus palabras? "Mi pensamiento es noble y deportivo, luego cada uno que interprete lo que quiera", responde seguro. "Intento trabajar bien y no tengo miedo, es díficil cambiarme". Ya advertíamos de que tiene mucha personalidad y no sabemos si su procedencia o la guerra de su país tienen que ver en todo esto: "La personalidad va dentro, no es de dónde se venga, yo soy una persona íntegra que siempre dice la verdad".

El trabajo también abarca todo su tiempo. Dice que ve las noticias antes de entrenamiento pero sobre todo "mucho fútbol" en televisión. Además, prepara los vídeos con un programa de recorte para dejar un resumen de 10-15 minutos para analizar con el equipo y otro a balón parado del contrario -los jueves y viernes analizan el contrario-. Esto va unido a que siempre tiene en mente cómo hacer mejorar a su equipo. Y asegura "yo no puedo decir hoy no hago esto porque estoy cansado, el trabajo está por encima de todo".

Twitter

Ya se sabe la conocida frase de que todo el mundo lleva un entrenador dentro, y eso le paso hasta tal punto que tuvo que dejar su cuenta en Twitter, donde fue un pionero convirtiéndose en el primer entrenador de la historia de la Liga española con una cuenta en la red social . "Todo el mundo opinaba de todo, por qué había puesto un jugador y no otro, críticas...Yo soy una persona normal, la gente normalmente es educada, notas aprecio, es consciente del buen trabajo pero dije por qué voy a tener que estar ahí explicando todo". Dice que a la familia no le gustan las críticas injustas, "son impulsivos como jóvenes de 20 años, pero la gente no sabe toda la realidad, hay otras cosas detrás y al final somos Valladolid que tampoco llevamos 20 años en Primera".

Es esa familia quien le informa de lo que ocurre, le filtra las noticias, no quiere estar ajeno pero tampoco obsesionado. Esperemos que su familia le haya comentado cómo ardía Twitter el sábado pasado tras conseguir la permanencia en Primera División, las alabanzas para él y su equipo por el trabajo y el esfuerzo, incluso algún tuit que otro donde se cantaba "Djukic quédate, Djukic quédate..."