Los jugadores del Real Valladolid celebran un gol en Zorrilla. Foto: Photogenic
Los jugadores del Real Valladolid celebran un gol en Zorrilla. Foto: Photogenic
Los jugadores del Real Valladolid celebran un gol en Zorrilla. Foto: Photogenic
Fútbol  |  Playoff: Previa Real Valladolid-Córdoba

Sudor en la arena

10 de Junio de 2012
Escrito por
Antonio Aragón

No se derramará sangre pero sí sudor a borbotones. No habrá espadas, escudos y yelmos, sí máxima intensidad e impetuosidad por mantener la respiración en un playoff taquicárdico en el que cualquier error puede acabar con los sueños despedazados.


Pésimos augurios que hemos de desechar "right now". Los jugadores vallisoletanos lo saben. Muchos de ellos conocen la más deprimente fatalidad y eso, a buen seguro, les ha servido para armarse de galones en esta promoción que, en su primera ronda, les está midiendo con el Córdoba.

El primer combate acabó en nulo. Un resultado gafas bajo un desgaste extremo entre dos equipos que no se amilanan, que van a por su oponente con decisión y avidez. Presión que, por momentos, acogotó la salida de balón blanquivioleta.

Lección aprendida por Djukic y su centuria. No vacilará. No condensará la consistencia de su retaguardia pese a que el empate a cero le sirve y un gol califal complicaría su existencia en este playoff.

"La mejor defensa es un buen ataque", recordó en rueda de prensa el preparador serbio, quien vaticinó ofensivas atrevidas que redunden en el juego que el Real Valladolid lleva practicando toda la temporada. Mandar y abortar desde la posesión y la creatividad de sus virtuosos futbolistas

Pero no será fácil. Enfrente está un equipo que presionará con vehemencia y que intentará recuperar el esférico cerca del área que defenderá Dani Hernández dada la lesión en el aductor de Jaime. Habrá que hilar fino y eludir el trufado campo de minas que los cordobeses plantarán en la línea de creación, a la que tampoco acude Álvaro Rubio.

Bonita pugna que debe decantarse del lado blanquivioleta gracias a las gargantas quebradas, las bufandas al viento y los aplausos generosos por parte de la hinchada hacia unos futbolistas-gladiadores que precisan, más que nunca, del aliento incombustible de sus fieles.

En definitiva, gran cita. Velada imperdible que todos esperamos acabe con el pulgar de todo el respetable hacia arriba. Signo de que el Valladolid sigue soñando con el pase a una existencia mejor, la que se merece.

Alea jacta est.