Silencio en el regreso de la expedición vallisoletana
El director general de deportes, Miguel Ignacio González, y el técnico del Valladolid, Javier Clemente, fueron de los primeros en atravesar la puerta que daba acceso al hall del aeropuerto vallisoletano. Un saludo entre ambos dio paso a un sinfín de jugadores con su jersey morado, su polo blanco y su pantalón negro que enfilaban camino del autocar del equipo.
Apenas cuatro aficionados, y algunos empleados del club, esperaban a la plantilla y cuerpo técnico. Timidos aplausos, abrazos y algunas palabras de apoyo a un plantel con pocas ganas de hablar. Incluso, en algunos rostros se podía ver que tras el partido hubo lágrimas por la derrota.
Uno de los más afectados era Luis Prieto, autor de ese maldito gol en propia puerta. Rostro desencajado, casi tanto como el del presidente Carlos Suárez, que en los próximos días tiene que reunirse con los dueños del club para tomar decisiones y analizar qué hacer con este nuevo Real Valladolid de Segunda División.