`Oscenses´ con sangre blanquivioleta

Marcos no pudo jugar en el duelo de Copa, que fue también el día de su merecido homenaje, pero esta vez sí vivió la sensación extraña de enfrentarse a su Real Valladolid de toda la vida. Tal vez por eso, no dudó en reconocer que tenía "el corazón dividido" tras la derrota del Huesca y el triunfo de los vallisoletanos.

"El Valladolid no se merece estar donde estar, y el Huesca tampoco", dijo alguien que sabe bien lo que es una crisis a orillas del Pisuerga, antes de lanzar un mensaje al vestuario blanquivioleta. "Si ellos son un equipo, se dedican a lo que tienen que hacer y no pierden la unidad estoy convencido de que va a estar arriba, porque no tiene nada que envidiar a los que ahora mismo le superan en la clasificación".

El lateral izquierdo, que en el Huesca lleva el 4 y no su 3 de toda la vida, reconoció que ha sido "muy raro jugar en Zorrilla con otra camiseta, pero uno tiene que ser profesional y darlo todo, aunque reconozco que ha sido complicado porque uno tiene sentimientos aunque intente dejarlos a un lado". De hecho, como si de un aficionado más se tratara, Marcos reiteró que "el deseo de todos es que el equipo esté en Primera pero la gente debe saber que esto es muy largo y hay que tener paciencia con estos jugadores, que son buenos jugadores".

El capitán también habló de esos silbidos que se oyeron en la grada cuando salió el equipo a calentar, cuando César Arzo fue nombrado por megafonía o cuando Oscar entró en el campo. "Es consecuencia de la situación que se vive en las últimas semanas. Conozco a la afición del Valladolid y sé que es exigente pero creo que también el equipo lo sabe. Lo único es que no se pueden precipitar, ni unos ni otros". Por eso Marcos pidió para este vestuario "un poquito de tregua. Yo les doy de corazón todo mi apoyo y estoy convencido que al final estarán con los mejores".

En cuanto al partido, el lateral del Huesca habló de un encuentro "soso que se definió por dos genialidades de Guerra. Nosotros hemos tenido mucho respeto al Valladolid, algo que no hemos tenido en anteriores jornadas".

El pucelano de la Pilarica

Más diplomático fue un Onésimo Sánchez que, de inicio, no quiso entrar a valorar el juego del Real Valladolid. "Bastante tengo con lo mio como para estar pendiente del rival", afirmó el entrenador del Huesca en sala de prensa. Sin embargo, cuando se le preguntó por sus sensaciones personales en un banquillo tan familiar como era para él el de Zorrilla sí acabó recordando su pasión vallisoletana. "El Valladolid es un equipo que está por problemas pero de forma circunstancial, pero que tiene buenos futbolistas y sobre todo tiene buena pegada, como ha demostrado en este partido ante nosotros", dijo One.

El técnico vallisoletano aseguró que su regreso a Valladolid "siempre es especial porque son muchos años aqui y mucho cariño a todo y todos, a vosotros también. He sido todo en este club y no puede ser un viaje más", pero también tengo dejó claro que "cuando el balón se ha puesto a rodar sólo estoy preocupado de los míos y de lo que pasa en el césped".

Y es que Onésimo volvía a Zorrilla tras su salida traumática del pasado año, y las cosas del destino quisieron que este sábado el entrenador en problemas era precisamente el local. "Ya sabes que los de casa tenemos que hacer más cosas para triunfar pero ahora no me puedo quejar. Estoy contento en el Huesca y me están dejando trabajar a gusto".

De hecho, Onésimo dice que aprendió mucho de los partidos que estuvo al frente del Real Valladolid en Primera y recordó también que con el filial también tuvo éxitos importantes. Por todo ello se queda con las cosas que le sirven a un entrenador joven y que no oculta su pasión blanquivioleta. "Lo que quiero es que el Valladolid suba a Primera. Soy un pucelano de la Pilarica y eso es un sentimiento muy especial".