El Huesca ya fue rival de los vallisoletanos en Copa
El Huesca ya fue rival de los vallisoletanos en Copa
El Huesca ya fue rival de los vallisoletanos en Copa
El vallisoletano Onésimo, actual entrenador del Huesca
Fútbol  |  El rival del Valladolid

Modelo en lo económico, humilde en lo deportivo

15 de Enero de 2011
Imagen de itorres
Escrito por
Iñigo Torres

Angel Velasco


Tal es el nivel de la economía del club oscense que hace unos meses se barajó la posibilidad de repartir dividendos entre los accionistas. Partiendo de esta idea, la pregunta que se puede crear es, ¿si tan bien económicamente están, por qué no luchan por objetivos más ambiciosos? La respuesta la ha dado siempre su máximo mandatario, Fernando Losfablos, “vivimos al día, no queremos hacer esfuerzos que podamos pagar en un futuro”.


Su objetivo temporada tras temporada es superar lo realizado la campaña anterior. El año pasado se salvaron en la última jornada y este proyecto pasa por hacerlo antes. El club no se quiere pillar los dedos con ninguna negociación y por ello no ofrece largos contratos a sus jugadores. El ámbito familiar del club hace que los jugadores se encuentren cómodos en él y no busquen algo fuera del Alcoraz. Eso sí, no buscan pero tampoco rechazan ofrecimientos de equipos punteros o de mayor categoría.


En su objetivo de ir poco a poco y paso a paso, este verano el club vivió un duro golpe. Antonio Calderón, entrenador durante las dos temporadas de Segunda, y el club no llegaron a un acuerdo para la renovación y el gaditano se marchó al Albacete. Con su marcha llegó un importante cambio de plantilla que produjo la salida de Miguel o Iriome y de jugadores importantes como Doblas, Dorado o Mikel Rico. Estos tres últimos vienen a demostrar lo que es la Sociedad Deportiva Huesca: un club familiar, que deja un gran recuerdo en los jugadores pero que no entra en una puja o subasta. El mejor ejemplo es la venta de Mikel Rico al Granada. El futbolista realizó una gran campaña la temporada pasada. De ahí el interés del club granadino que ofreció 600.000 euros por su fichaje. La oferta no generó ninguna duda en las oficinas de Huesca porque era la oferta más alta de la historia del club.  Su marcha fue cubierta por otro jugador y el club no lo ha notado en exceso, como dice el refrán: “a rey muerto, rey puesto”.


Con Onésimo y Marcos en el bando visitante


Se produjeron muchas bajas pero no tantas como altas. El club, ante la baja del entrenador, no tuvo ninguna duda a quién recurrir para cubrir el puesto. Onésimo era el elegido porque el Huesca “le debía una” al entrenador vallisoletano. El ex entrenador del Real Valladolid retornó al Alcoraz con una ilusión tremenda y desde el primer momento comenzó a diseñar su plantilla. Se fichó a Molinero, Ochoa, Bauza y Cabrero en un principio. Pero Onésimo no estaba tranquilo, quería un delantero centro. Ante la petición del entrenador el Huesca se fijó, otra vez, en el ídolo de la afición: Roberto García, delantero del Nastic que suscitó el interés del Real Valladolid hace dos temporadas. Su regreso vino acompañado de cinco jugadores de Osasuna. El convenio entre navarros y aragoneses llevaba a Andrés, Esparza, Galán, Vega y Echaide al vestuario de Onésimo. Sin olvidar la llegada de Alberto Marcos, el eterno capitán blanquivioleta que aceptó la oferta del cuerpo técnico para terminar su carrera en Huesca. Con todas estas incorporaciones más la renovación y permanencia de jugadores como Camacho, Gilvan, Corona, Sastre o Helguera el equipo afrontaba la temporada con mucha ilusión. Se estaba convencido que esta era la mejor plantilla desde el ascenso. Por ello, el objetivo, la permanencia, se debía conseguir y el club debía seguir creciendo.


Tras la ilusión de verano y con casi la mitad de la temporada cumplida, la afición sigue en el mismo pensamiento: la salvación, antes de la última jornada, es posible. Ahora mismo el club de Onésimo es decimoquinto con 22 puntos y de no ser por dos puntos negros el equipo estaría mucho más arriba. El primero de estos problemas es la falta de gol. En muchas acciones Roberto está muy solo y sin capacidad de anotar. El otro problema, este más preocupante, es la falta de puntos y victorias en su estadio. De los diez partidos que ha disputado como local tan sólo ha ganado uno y anotando únicamente siete goles. Fuera del Alcoraz las victorias se triplican. Ahora el objetivo blanquivioleta pasa por que estas tres victorias no pasen de ahí y se queden en eso, tres y no cuatro.