La Plaza Mayor, toda blanca y violeta
Una Plaza Mayor a rebosar recibió a los héroes del ascenso que venían saltando en el autobús. El himno sonó a todo volumen por megafonía a las 8 en punto, cuando el alcalde y el concejal habían bajado a la puerta del Ayuntamiento a recibirles. El público levantó sus bufandas al grito de "Pucela, Pucela".
Tardaron en llegar, aunque los primeros estaban dos horas antes para coger buen sitio, fueron apareciendo poco a poco hasta ir cubriendo todos los huecos que quedaban en la plaza y dejarla al completo. Se subieron a los bancos, a las farolas, junto a las entradas del garaje, llegando incluso a la calle Santiago. 30.000 almas que hicieron un mosaico blanquivioleta perfecto.
A pesar de que el color de moda es el morado, la camiseta del ascenso de este año es blanca, aunque había quien había sacado del armario los modelos de elástica rojo, negra e incluso la rosa que hubo en un encuentro. Alberto Guerrero amenizó la espera, explicando por donde iba el autobús, pinchando canciones pegadizas y bailables, y animando a todos a cantar los ya tradicionales: "Adiós a Segunda, adiós", "Pucela es de Primera", "Vamos mi Pucela, vamos campeón", "que bote Zorrilla" mientras el camión de bomberos regó a los presentes para mitigar el calor.
El éxtasis llegó cuando el autobús aparcó frente al Ayuntamiento, soltaron bengalas y ya se oyó "Sisi quédate", que luego se repetiría cuando salió al balcón. Los jugadores tuvieron una breve recepción por parte del alcalde, Javier León de la Riva, que dijo que el Ayuntamiento tiene que ayudar al deporte vallisoletano. Después intervino Carlos Suárez asegurando: "A ver si aprendemos lo que nos ha dicho Djukic: Somos Valladolid".
Uno a uno, ataviados con la camiseta del ascenso, fueron teniendo su minuto en el micrófono del balcón -algunos afónicos-, desde los que menos juegan hasta los capitanes y supervivientes del otro ascenso en 2007: Sisi, Baraja y Álvaro Rubio. El goleador Javi Guerra, muy aclamado, Nauzet, que también se despedía junto a Sisi que aguantó aunque dijo "Me váis a hacer llorar", el público mandó tirarse al portero Jaime y botar a Manucho... Mientras, ellos mismos se hacían fotos con la Plaza Mayor llena de fondo, sacaban sus móviles y fotografíaban ese momento histórico, se abrazaban, reían, bebiían champán y bromeaban con los motes de los jugadores.
Una hora después, el último en abandonar el Ayuntamiento fue Djukic con su familia tras haber atendido a los medios de comunicación y aficionados. Todavía quedaba gente para aplaudirle y gritar "Tú sí que vales".
En la mente de todos, que toda esa gente de la Plaza Mayor que ayer abarrotaba el estadio, estén la proxima temporada, porque como dijo el entrenador: "Os habéis dado cuenta de que este equipo os necesitaba, somos de Primera y podemos cumplir más sueños".