Pancarta de protesta por el horario. Fotos: Ángel Becerra
Pancarta de protesta por el horario. Fotos: Ángel Becerra
Pancarta de protesta por el horario. Fotos: Ángel Becerra
Pocos aficionados de Osasuna se desplazaron.
Fútbol  |  Real Valladolid

La noche fría en que todo se sabía

23 de Noviembre de 2013
Imagen de sgarcia
Escrito por
Sara García
Que iba hacer frío una noche de noviembre en el estadio Zorrilla, lo sabían los apenas 12.000 aficionados que desafiaron al clima para animar al Pucela. Que se iba a ver una amplia variedad de gorros, guantes, bufandas, abrigos y mantas se demostró al ver las gradas blanquivioletas y los 4 grados que marcaba el termómetro a las nueve de la noche.


Que iba a haber muchos asientos vacíos un viernes por la noche de noviembre también lo intuía el público y los aficionados que mostraron su desagrado con los horarios, una vez más, con una pancarta que no dejaba lugar a dudas: "no al fútbol los viernes".


Que pocos aficionados rojillos iban a disfrutar de este encuentro, lo sospechaban también los apenas 40 valientes que se desplazaron y pudieron aplaudir la victoria de su equipo a domicilio. Que normalmente la grada visitante es una marea roja que no para de animar a Osasuna y que se desplaza en masa a una ciudad relativamente cercana, lo adivinaron ambos clubes decepcionados cuando se supo el horario nefasto de este encuentro. Que vengan pocos aficionados, lo sabe y lo nota el turismo de la ciudad, hosteleros y hoteleros.


Que iba a haber pocos niños en las gradas viendo el fútbol también lo sabían los 8 críos que esperaron a hacerse la foto con el Real Valladolid antes del partido.


Que el ambiente iba a ser gélido, se intentó subsanar con los cánticos de ánimo desde las gradas, los aplausos y los saltos para entrar en calor, pero las dos ocasiones falladas de Guerra y el gol visitante, congeló definitivamente al poco público presente.


Que Javier Gracia, entrenador de Osasuna, volvía a pisar Zorrilla donde debutó como jugador de Primera con el Real Valladolid en 1993, era una anécdota que supongo le vendría a su mente al llegar a su exestadio.


Que Juan Ignacio Martínez siempre ha perdido contra Osasuna, con cuatro derrotas con el Levante, lo mostraban las estadísticas que aumentaron un nuevo fracaso con su actual equipo.


Que tras el gol del equipo rival a cinco minutos del final, el público comenzó a abandonar las gradas malhumorado, no lo entendían quienes se quedan siempre hasta el final del partido, pero lo 
comprendían los que se marchaban con frío y sin puntos en el bolsillo.


Que el Real Valladolid necesitaba ganar para salir de su racha de derrotas, sumar más de 12 puntos, distanciarse de un rival directo, alejarse de la parte baja de la tabla, redimirse ante su público y hacer de Zorrilla un fortín, se quedó en una triste quimera.