Javi Baraja no pudo contener las lágrimas. FOTO: Andrés Domingo
Javi Baraja no pudo contener las lágrimas. FOTO: Andrés Domingo
Javi Baraja no pudo contener las lágrimas. FOTO: Andrés Domingo
Respondió con aplausos el agradecimiento de los presentes. FOTO: Andrés Domingo
Compungido a su llegada a la sala de prensa. FOTO: Andrés Domingo
Abrazo con Alberto Marcos. FOTO: Andrés Domingo
Fútbol  |  Real Valladolid

La despedida de un chico de barrio

26 de Mayo de 2014
Escrito por
Alex Arenas
No pudo contener la emoción ni cinco segundos. En el mismo instante en que Javi Baraja se sentó en la sala de prensa de Zorrilla, las lágrimas invadieron sus ojos. Era una despedida especial, la de alguien que había dedicado su vida al Real Valladolid, nueve temporadas en el primer equipo y 23 años en total desde las categorías inferiores. El capitán reconoció que “el mayor orgullo ha sido llevar cuatro años el brazalete del Valladolid”, que se ha cumplido “el sueño de ese chico de barrio” que ansiaba jugar en el equipo de su ciudad.


En la mañana del lunes, las oficinas de Zorrilla presentaban un aspecto conmocionado, incrédulas ante la marcha del gran capitán, donde éste vivió “cosas buenas y cosas malas”, donde se encontró “con mucha gente”. De todos quiso acordarse, empezando por el club y sus dirigentes: “Gracias a Carlos Suárez por nueve años de confianza, a Caminero porque, junto al presidente, hicieron que en 2005 este sueño comenzara, y a la vieja guardia formada por Víctor, Marcos o García Calvo”, recordaba emocionado, antes de lanzar un agradecimiento general por “creer en un chico de las Delicias”. Finalmente, Javi Baraja tuvo una mención especial para su mujer, sus hijos, sus padres y toda su familia.


Como epitafio de una carrera dedicada al club de su vida, el capitán blanquivioleta se marcha “con la cabeza alta, la conciencia tranquila y sabiendo que he dado el máximo en cada minuto que he vestido la camiseta del Real Valladolid”. En el horizonte, el jugador pucelano no contempla colgar las botas y ha admitido que “mi intención es seguir jugando hasta que el cuerpo me lo permita aunque, a día de hoy, no hay nada concreto”. Además, Baraja se va sin rencores, acatando “como profesional” la decisión del club y dejando la puerta abierta de cara al futuro: “Ojalá esté sentado aquí como técnico”, aventuraba. Porque es su casa y, al final, el chico de barrio regresará.