Gomez comprensivo, Onésimo molesto
Valoraciones y análisis muy diferentes por parte de los dos entrenadores. Como no podía ser de otra manera Antonio Gómez y Onésimo Sánchez se llevaron "el ascua a su sardina" a la hora de destacar unas cosas y pasar por alto otras.
Para el técnico del conjunto vallisoletano lo realmente meritorio no es si el equipo jugó mejor o peor para pasar esta ronda copera, sino el hecho de que "llevamos cuatro victorias consecutivas, que no creo que lo imaginara casi nadie para este arranque de temporada. La Segunda es muy complicada y tiene mucho mérito lo que está haciendo este equipo".
Gómez defendió el primer tiempo de su equipo, "donde hubo ocasiones" y justificó el desorden de los últimos minutos "por el cansacio físico y por tener a un rival que jugaba muy directo, lo que muchas veces provoca situaciones algo desordenadas".
El entrenador del Valladolid se felicitó por la clasificación de su equipo para la tercera ronda y, sobre todo, por la química que existe con el público que acude a Zorrilla. "Sé que la gente quería ver el juego de los dos primeros partidos, pero me quedo con la ovación del final y con los ánimos en varios momentos del encuentro de una afición que ha sabido valorar nuestro esfuerzo".
Por su parte, el actual responsable del Huesca, el vallisoletano Onésimo Sánchez, no tuvo reparos a la hora de afirmar que "el mejor de este partido ha sido mi equipo". Y cuando se le recordó que en el primer tiempo Jacobo fue un mero espectador se defendió asegurando que "mi portero también ha hecho tres o cuatro paradas con `palomita´ para lucirse". Eso sí, al final de su defensa casi numantina de su Huesca tuvo que reconocer que "a mis jugadores les faltó rematar muchas jugadas, aunque hemos querido hacer fútbol".
Donde no aceptó ningún debate, y se mordió la lengua para no meterse en un lío gordo, fue a la hora de analizar la labor del árbitro. El penalti y la expulsión eran motivo de enfado de un entrenador que respondía a las dos primeras cuestiones sobre este asunto con "pasa palabra", aunque luego tuvo que dejar claro que "en ningún momento insulté al colegiado al término del partido, y sólo me preocupé de retirar a mis jugadores".
Y es que el verdadero problema lo tuvo Onésimo con el asistente más cercano a su banda, que fue quien señaló el penalti que no vio el colegiado. Sobre ese asunto el técnico vallisoletano fue muy claro "Uno es bueno pero no bobo. A ese señor no le paso uno y ya le he dicho que no se esconda dentrás del banderín. Por aquí corre sangre de La Pilarica y si quiere quedamos fuera", amenazó un encendido Onésimo.