El Valladolid ansía volver a celebrar el ritual de la celebración. Foto: Jonathan González.
El Valladolid ansía volver a celebrar el ritual de la celebración. Foto: Jonathan González.
El Valladolid ansía volver a celebrar el ritual de la celebración. Foto: Jonathan González.
Fútbol

El Sardinero oficia de confesionario

Imagen de itorres
Escrito por
Iñigo Torres

Una semana con complejo de espina. Atragantada y dolorosa, pero que puede concluir aportando una dosis extra de entereza si se vence al daño y la herida se cura. Una desinfección a la que se llega con un triunfo revitalizante, es decir, labrado a base de los bemoles que Alberto Marcos, de forma más sutil, reclamaba el martes tras ser una de las voces más autorizadas en el cónclave de más de media hora con cuerpo técnico, plantilla y presidente.


El mismo día, Haris Medunjanin, con unas declaraciones incendiarias, dinamitaba el escaso sosiego, el cual se convertía en cenizas el miércoles cuando el mismo protagonista revelaba que había sido multado con 6.000 euros. Horas más tarde se supo que había sido por una salida nocturna y que otros tres futbolistas también se llevaban a casa la receta.


Pero Mendilibar, ya el jueves, desdramatizaba todo este esperpento, al mismo tiempo que admitía sentirse fuerte para revertir la situación y conseguir que "los jugadores se convenzan de que son competitivos".


Todo esto hasta llegar a las vísperas del duelo ante el Racing de Santander, clave en el futuro devenir del Real Valladolid, no por los tres puntos en juego, que también, sino por las decisiones que se pueden llegar a tomar si el enfermo no ofrece síntomas positivos como para dar el alta.


¿Atacar el problema de raíz o seguir esperando hasta comprobar signos de mejoría? El partido ante el FC Barcelona condiciona la premura con la que se rinden cuentas. El final de una primera vuelta en la que, de conseguirse tan sólo los dieciséis puntos que el conjunto vallisoletano acumula hasta la fecha, se invitaría a la segunda con pánico a acercarse más de la cuenta a las puertas del Averno. Lamentablemente, la historia se hace demasiado socorrida.


Pero, al mal tiempo... buena cara. Tres puntos en el campo de un rival directo en estado de gracia y flasheado por el "efecto Canales" apagarían fuegos, sobre todo si se obtienen dejando una imagen placentera para el aficionado blanquivioleta.


Ofreciendo esa "garra pucelana". La misma que en otras ocasiones infundía respeto en los contrincantes y que, de aparecer, contribuiría a afrontar el partido ante el equipo de Josep Guardiola con el ánimo subido y la apatía disipada.


Hay que estrenarse en el 2010 tras la sequía goleadora y de puntos de los dos encuentros jugados, ante Getafe (1-0) y Atlético de Madrid (0-4). Mendilibar es consciente de ello y, con los mimbres que tiene, buscará que sus futbolistas obtengan el dulce premio de la victoria y su corbata, cuando la lleve, se afloje con alivio, a pesar de que las bajas de los sancionados Pelé y Nivaldo y el lesionado Álvaro se lo pongan difícil. Tampoco están convocados Canobbio, Sisi y Jacobo, así como Manucho, que participa en la Copa de África con Angola.


- RACING: Coltorti; Pinillos, Henrique, Torrejón, Christian; Munitis, Diop, Lacen, Serrano; Canales y Xisco.


- REAL VALLADOLID: Justo Villar; Pedro López, Arzo, Prieto, Marcos; Borja, Font o Lázaro, Nauzet, Bueno, Marquitos y Costa.


Estadio de El Sardinero, 17.00 horas


Árbitro: Javier Estrada Fernández (Colegio catalán).