Fútbol  |  El rival del Valladolid

El pequeño que se cargó a todo un Real Madrid

22 de Enero de 2011
Imagen de itorres
Escrito por
Iñigo Torres

Angel Velasco


La lotería cambió de fecha en el año 2009 en Alcorcón. En lugar de ser en el mes de diciembre se adelantó dos meses. La lotería estalló en 27 de octubre en el estadio de Santo Domingo, pero días antes ya tuvo un aviso, una gran advertencia. En el preciso instante en que la bola del Alcorcón salió del bombo los directivos se frotaron las manos. La caja ante la visita del Real Madrid sería única. Pensaban en el dinero porque la victoria era inviable. Nadie veía posible la victoria que finalmente se dio. Con la goleada en el bolsillo, el Alcorcón sufrió un cambio de vida, el equipo amarillo ya no era un equipo humilde, era el equipo que había goleado, humillado y eliminado al proyecto millonario de Florentino Pérez.


La tendencia de los pupilos de Anquela, tras el torneo del K.O, era tan buena que terminaron ascendiendo a Segunda división. Lo hicieron tras una eliminatoria agónica ante el Ontinyent y un partido que tuvo que ser suspendido por la invasión de campo tras la remontada amarilla. Ya en la ‘Liga adelante’ el equipo tuvo que hacer cambios, Anquela tuvo que mirar a la cara a algunos jugadores que le habían dado la fama y decirles que se buscaran equipo. Mario Sánchez, Béjar, Carmelo o Vera tuvieron salieron del Alcorcón junto al cancerbero Juanma. El ex atlético aceptaba una oferta del Aris de Salónica y pasaba de Segunda B a jugar competición europea. Un cambio de aires que venía a demostrar el triunfo del Alcorcón. No era el único pero si el más palpable desde el aspecto deportivo. El aumento de la masa social y el de las ventas de artículos del equipo favorecieron el crecimiento del club como institución.


Para cubrir estas bajas, algunas muy dolorosas, el equipo madrileño apostó por la experiencia y por el mercado de Segunda B. Fernando Sales, ex del Real Valladolid, Samuel, Manu Herrera y Ángel del Levante. La calidad y, sobre todo, la experiencia, la ponían estos jugadores conocedores de la élite. Otros futbolistas como Quini, Babín, Carlos Martínez o Javier Hernández añadían la ilusión de debutar en una categoría profesional y pisar estadios de historia tan dilatada como el Benito Villamarín o el José Zorrilla.


Con las altas y las bajas firmadas y oficiales, el Alcorcón cerraba un equipo para luchar por no volver a la categoría de bronce pero muy rocoso y con el punto positivo de contar con Anquela y su equipo en el banquillo. El linarense es un entrenador que cuenta con el apoyo y admiración del vestuario y de la afición. No tener presión por cumplir el objetivo es algo que te deja trabajar y que no te obliga a mirar la clasificación día tras día. Con todo esto y pese a estar en puestos de descenso, la confianza en el plantel y en Anquela es absoluta. Nadie espera ningún cambio drástico porque todo lo vivido, y que se vivirá, es gracias al entrenador y a los pesos pesados del vestuario que aún siguen domingo tras domingo con la casaca amarilla.