El malestar de Bueno

La expulsión de Jaime condicionó al equipo, que abogó por encerrarse y buscar la contra milagrosa que sellase un partido en el que el Alcorcón no cejó en su empeño hasta que obró el empate. Factores que obligaron a Alberto Bueno a acometer un partido de labor oscura, a correr detrás del balón y presionar para dificultar las transiciones visitantes.

Se desfondó, según matizó este martes ante los periodistas, aunque en una de las últimas jugadas del partido, en la que se vio sobrepasado por un defensor en la pugna por un esférico, recibió algunos pitos por parte de un sector del público, los cuales todavía le siguen molestando.

Y es que, intentó "dar todo lo que tenía dentro para ayudar al equipo". "Corrí intentando tapar los espacios. Siempre estaba en inferioridad lo que dificultaba mucho presionar arriba. Intenté desfondarme para ayudar al equipo. Fue un partido complicado. Despejaban el balón ante presión y era complicado para mí bajarlo", explicó Alberto Bueno, quien regresó al once tras superar una lesión que le ha tenido apartado cerca de dos meses.

"Fue un partido complicado de jugar tanto para mí como para mis compañeros. Pero al final refuerza la confianza el hecho de ser un bloque contundente y lo demostramos", matizó el punta, molesto con los que recibió en dicha jugada.

"Después de lo que nos desfondamos tanto yo ahí arriba como cualquiera del equipo pienso que lo hubiese tenido complicado para llegar. No entiendo que la gente la tomase conmigo. Debería haber entendido la situación del partido. Era un momento para animar porque desde dentro estábamos fastidiados después de no ver el balón, de no tener ocasiones para salir a la contra y estar sometidos todo el partido a un equipo como el Alcorcón que hizo las cosas bien", agregó.

Además, explicó que el gesto que dedicó a la grada simbolizaba su "no entender", a pesar de que es de los que piensa que "cuando vas al campo, pagas una entrada, tienes que mostrar tu conformidad o disconformidad con lo que ves". "Pero en partidos como el del otro día no lo comparto para nada. Se ve claramente que el equipo está jodido y no es lo mismo quedarte con diez en el minuto 10 que en el 70. Nadie dejó nada dentro. Si algo necesitamos en ese tipo de partidos es que la gente nos apoye y esté aún más con nosotros, como lo está haciendo normalmente y que no se escuche un pito", precisó.

De este modo, dejó claro que le "fastidió" y que echó de menos que la afición, a la que ha tildado de "buena" les acompañase como en otras ocasiones.

Por otro lado, admitió que, al quedarse con uno menos, el equipo se echó demasiado atrás e "igual" pudieron ser "más agresivos y adelantar un poco las líneas". "Vimos que teníamos un 1-0 en el marcador y que podíamos aguantarlo. Creíamos que podíamos tener alguna contra más, aunque sólo tuvimos la de Víctor Pérez", ha relatado.

Para finalizar incidió en "olvidar" lo que pasó el sábado y seguir "con ganas" y "tranquilo" por jugar y aportar cosas. "Ojalá me reivindique en partidos seguidos con algún gol y eso, a buen seguro, hará que vuelva a tener con la afición la misma sintonía. Por mi parte está todo olvidado", sentenció.

En otro orden de cosas, el Real Valladolid ha regresado hoy a los entrenamientos con una sesión que el medio centro franco tunecino Mehdi Nafti no pudo concluir por molestias de índole muscular.

Guerra y Valiente, como estaba previsto, sólo realizaron con el grupo la primera parte del entrenamiento, mientras que Aquino y Óscar pudieron entrenarse con normalidad una vez superadas sus respectivas dolencias.