El Huesca de Onésimo se interpone en el camino
Angel Velasco
Tras el inicio de la Sociedad Deportiva Huesca de esta temporada nadie podía imaginar que llegaría al tramo final con el objetivo cumplido. Tras no ganar hasta la séptima jornada y anotar en los mismos encuentros sólo dos goles el puesto del ex entrenador del Real Valladolid, Onésimo Sánchez, corría demasiado peligro. Se habló de cambio en el banquillo hasta la visita al Xerez. En el estadio de Chapín los oscenses ganaron y se quitaron una losa importante. Tras la victoria ante los andaluces llegó una racha positiva que terminó con el mal trago de no ganar en casa. En la decimoquinta jornada, los azulgranas se impusieron al Alcorcón y se auparon hasta la zona tranquila de la tabla.
Pese a la mejora el equipo tenía muchas cosas por pulir. Los partidos en casa se hacían muy cuesta arriba. Hacer goles era muy costoso para un equipo que necesitaba al mejor Roberto. El tiempo pasaba y pese a que Onésimo se había quitado la soga que tenía en el cuello, el Huesca seguía sin convencer a su afición y a sus dirigentes. El equipo tenía huecos que se debían cubrir en invierno y además muy visibles. El equipo adolecía de un 9. El club no quería sufrir como la campaña anterior y puso remedio rápido.
Un ex blanquivioleta llega para comandar el ataque
José María Martín, más conocido como Petón, tiró de agenda y encontró un jugador muy apetecible en el Granada. Tariq, un delantero fuerte y con gol, no tenía minutos en el club nazarí. El jugador buscaba tener más protagonismo, el Granada quería que el futbolista se revalorizase y el Huesca lo necesitaba. Todo fue fácil y se ejecutó rápidamente.
La rapidez en las negociaciones llevó al delantero al estadio del Alcoraz al comienzo del mercado invernal. Tan rápido como llegó, jugó y anotó goles. El ex canterano del Real Valladolid se metió a la afición en el banquillo. Lo hizo casi tan rápido con los oscenses que con el cuerpo técnico. Onésimo vio en el futbolista ese delantero que añoraba tiempo atrás. Con él, no había excusas. Se debía ganar y se hizo. La llegada de Tariq cambió al equipo que terminó de subir lo que había prometido meses antes.
Un seguro en la portería
Desde el primer momento de la campaña se vio que el equipo no tenía pegada arriba. Los azulgranas no tenían ese delantero matador que otros equipos si tienen. No poseían un Pichichi pero si un Zamora. Andrés Fernández, cancerbero cedido por Osasuna, se hizo con el puesto en la séptima jornada. Su llegada coincidió, o no tanto, con el despertar del equipo. Muchos hablaban de gran portero, de cancerbero de futuro, pero todos querían hechos. Pues bien, tras 40 jornadas, el murciano es el Zamora de la categoría.
El premio de mejor cancerbero de la temporada en la Liga adelante no es nada con lo que Andrés se ha ganado en Huesca. Su gran temporada no ha pasado desapercibida en Pamplona, quién le ha renovado por tres campañas. Osasuna, con la baja de Ricardo, ha fichado un gran sustituto, uno de los cancerberos del futuro.