Borja y el presidente Carlos Suárez, durante la despedida del jugador.
Borja y el presidente Carlos Suárez, durante la despedida del jugador.
Borja y el presidente Carlos Suárez, durante la despedida del jugador.
Borja rodeado de amigos y empleados del club
Fútbol  |  Real Valladolid

El corazón de Borja bombea sangre blanquivioleta

Escrito por
Antonio Aragón

Su marcha estaba anunciada desde enero, pero su compromiso, imborrable, perpetuo, lo exprimió hasta el último segundo. Una tarjeta roja no empañó su despedida, pues el respetable de Zorrilla, agradecido por la defensa del orensano a unos colores, el blanco y el violeta, le regaló una ovación ilustre y cariñosa a más no poder.



Por ello y muchos otros motivos, el medio centro gallego exploró  en el fondo de sus sentimientos a la hora de iniciar su alocución. "No sé ni qué decir. Hace tiempo una amiga resumió muy bien lo que sentía. Dijo que Valladolid me latía. Describe muy bien lo siento, dado que me late y mucho. Han sido cuatro años muy buenos. Este año -por el descenso a Segunda- se ha torcido, pero dejo aquí un gran recuerdo y muchos amigos y familia", declaró.



Regresa a Madrid, donde se granjeó un nombre y una carrera futbolística. Recala en el Getafe, aunque las razones deportivas no han sido las que han primado a la hora de tomar una decisión conocida de sobra. "Me gustaría haberme ido de otra forma, pero las cosas han salido así. Deportivamente no había muchas razones. Ahora, viéndolo así, voy a seguir en Primera. La decisión la tomé en enero y ya dije otras veces que nunca sabes dónde vas a estar mejor. Da igual, en general, que el equipo sea superior o más importante, porque donde más feliz he sido ha sido aquí", explicó.



"Al final me puse a pensar y estos cuatro años separados de mi hija han pesado mucho. Lo tenía en la mano y me decidí por eso. Había más ofertas que no se acababan de concretar, pero la lesión de Filipe Luis, del Deportivo, me hizo decidirme", ha asegurado



Sobre su renovación, Borja reconoció que sostuvo varias conversaciones con Carlos Suárez para renovar su contrato. "No ha faltado nada para quedarme. Las posturas no estaban cerca, pero tampoco lejos", apostilló.



Cuestionado por los momentos más especiales que ha vivido con el conjunto vallisoletano, Borja señaló el día después a conseguir el ascenso en Tenerife (2006), cuando el equipo entró en "la Plaza Mayor llena de gente" y la ovación que recibió del José Zorrilla cuando abandonó el campo en el choque ante el Racing de Santander en la penúltima jornada de la Liga recién finalizada. "Fue raro, porque remontamos, teníamos la posibilidad de quedarnos en Primera y me expulsaron. Fue extraño y no se puede describir lo que sentí. Aguanté como pude", narró.



Sus arrestos y sacrificio para con la zamarra blanquivioleta también se trataron en la rueda de prensa. Él se restaba valor, pues es su "trabajo", pero, eso, precisamente, y en una temporada en la que la implicación de algunos futbolistas ha sido más que cuestionable, se ha tatuado a fuego en la memoria de la parroquia vallisoletana.



"La gente me dice que qué profesional y todo eso. Aparte de que porque aquí me han tratado muy bien, al fin y al cabo, me pagan por hacer mi trabajo. Todo el mundo quiere hacer bien su trabajo y mas cuando te gusta. Meto la pierna en cualquier sitio. Soy así. También por lo que he vivido aquí y por toda la gente de alrededor, jugadores, la gente del club...", comentó.



Además, Borja ha rememorado la primera noche que pasó en Valladolid, donde venía, según expresó, "con mucha expectación y nervios", pues venía "mal" de Mallorca y "no" sabia "cómo" le iba a ir su "carrera" y si "valía para esto".



Para finalizar, detalló que "no" ha pensado "nada" en el proyecto deportivo del Getafe y lo que le espera en este equipo las próximas temporadas, así como quiso dejar un mensaje a la afición blanquivioleta. "Lo primero, gracias, y, después, le diría que el equipo no lo hacen los veinte jugadores, lo hace la ciudad también. Que sigan ahí, que el club y el equipo necesita de la ciudad, de esa pasión que hay en momentos determinados. La afición, cuando se viene arriba lo notamos. El club lo necesita", concluyó.