De "Invictus" a.... "Volveremos"
Pedro Alonso, enviado especial
La afición vallisoletana no quiso dejar de lado a su equipo en el último partido de Liga y acompañó al Pucela en su visita al Camp Nou. Ocho autocares, con 383 pucelanos, emprendieron ruta hacia Barcelona, desde la Plaza Colón, donde estaban citados a las 12 de la noche del sábado. Tras el recuento oficial de viajeros, se inició una larga travesía por carretera a la Ciudad Condal. Como el viaje era largo, en el autocar se proyectaron algunas películas para intentar hacer lo más amena posible la espera.
Dos fueron las elegidas, quien sabe si escondían un mensaje subliminal detrás, aunque con el resultado final, no se cumpliera. De reciente estreno, "Avatar" fue la primera y más tarde, la que se convertiría en mal presagio y daría la vuelta al título original: "Invictus", un film al que había recurrido Guardiola con sus chicos en la semifinal de Champions ante el Inter.
Zaragoza fue el primer alto en el camino para reponer fuerzas a las 5 de la mañana, con algo de frío y cansancio en la gente. Los aficionados hablaban durante el trayecto sobre las posibles carambolas y porcentajes de salvación del equipo y algunos recordaban otros viajes recientes en los que habían estado apoyando al Valladolid, como en el del Calderón ante el Atlético de Madrid. Bocinas, bufandas, bocadillos, pancartas, consolas... era el material que había preparado la gente, para lucir en el Camp Nou. No faltaba tampoco el pacharán para darle "un buen trago" en el autocar.
Muchos de los aficionados, trabajaban el lunes, como comentaban entre ellos, pero allí querían estar, en Barcelona, apoyando a su equipo. Tras el parón en Zaragoza a reponer fuerzas, algunos de los buses, no esperaron al resto y hubo algunas dudas, sobre si llegarían todos juntos. Las conversaciones en el bus,tras recargar el estómago, giraban en torno a las posibilidades de permanencia de los de Clemente.
Y por fín, tras muchas horas de viaje, se llegaba a Barcelona a las 9.15 de la mañana, de un domingo que había amanecido con una día soleado. La afición se hizo notar desde el primer momento en el que pisó suelo catalán, inmortalizándose en fotos en el MiniEstadi. Divididos en grupos de amigos y familiares, comenzaban horas de espera hasta el partido, que cada uno aprovechaba como quería, algunos visitando el centro histórico, otros con un primer acercamiento al museo del club blaugrana...
Llegó la hora, siete en punto de la tarde, por delante 180 minutos para permanecer en primera o volver a segunda tres años después. En los prolegómenos del encuentro, se realizó un homenaje a la plantilla del Regal Barcelona de baloncesto, por su reciente título de la Euroliga.El ambiente era extraordinario, lleno hasta la bandera,300 valientes pucelanos contra más de 90.000 gargantas blaugranas. Pese a todo, la afición morada se hacía notar con cánticos. "Vamos mi Pucela, vamos campeón, dedícame un gol, tu eres mi orgullo".
Tras unos minutos de tanteo,la afición vallisoletana no se podía creer la ocasión que había fallado Manucho en el minuto 4. El equipo había salido muy tranquilo. Otra ocasión de Baraja que se iba a corner. Se oía más a la afición de Valladolid que a la local. Tras 20 minutos de aguante, Messi fallaba la primera clara y el graderío morado respiraba. Pero siete minutos más tarde, el primer mazazo, con el gol en propia puerta de Luis Prieto.
Las caras en la grada lo decían todo, muchos que estaban oyendo la radio a la vez para seguir el resto de la jornada,la apagaron. Poco después, centro de Pedro y Luis Prieto, que introducía el esférico en su portería (él no quería). Resignación en Clemente que no se levantaba de su banquillo. El partido se quedaba sin tensión y eso se notaba en el público. El empate el Real Madrid, por medio de Van der Vaart, al Málaga, daba esperanzas a los de Clemente, y los vallisoletanos se ponían de pie para celebrarlo.
Pero no podía faltar Messi, que se unía a la fiesta local y hacía el 3-0. Llegaba la ola al Camp Nou, la única esperanza era un gol del Madrid. Con el 4-0, de nuevo de Leo Messi, la afición morada aplaudió al astro argentino, que también supo reconocer el buen partido de Pedro, cuando fue sustituído por Andrés Iniesta. Con el pitido final, se consumaba el descenso a Segunda División, junto a Tenerife y Xerez. A las 10 de la noche, se decía adiós al sueño de Primera. El cansancio era apreciable en los aficionados morados, que emprendían rumbo a Valladolid. Durante la noche, la gente apenas tenía fuerzas para comentar el partido y el silencio se impone en el autocar.
A las 7 de la mañana, se ponía fin a la aventura. Quedan ahora por delante, 365 largos días para retornar a la Liga de las Estrellas. ¡¡¡Volveremos!!!