Fútbol

Costa y Manucho: La conexión perfecta

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Escrito por
Iñigo Torres

No paran de lanzarse piropos (futbolísticos, se entiende) y no obvian que, cuando actúan a dúo, la sinfonía blanquivioleta suena a redención. Gol y agresividad, físico y clase. Una simbiosis a lo Bonnie and Clyde, a lo Batman y Robin.


Dotan al once vallisoletano de más mordiente con la que traer de cabeza a los zagueros rivales. Así,en las dos últimas jornadas se han repartido tres de los cuatro tantos anotados por el Real Valladolid.


Costa admite que se "siente más fresco" con Manucho al lado. Le resta trabajo oscuro en la pugna con los centrales, lo que le permite campar más suelto por la frontal del ataque y desquiciar al adversario con su pose de ilusionista.


Mientras, Manucho, con su portentosa envergadura, realiza una labor menos vistosa unos metros por detrás del brasileño. Se crece en el fragor de la batalla con los defensas para liberar a su compañero y amigo, con el que mantiene un sano cachondeo en cada entrenamiento.


"Me siento a gusto con Diego Costa al lado. Los defensas rivales tienen más trabajo con dos arriba y me entiendo con él, tanto dentro como fuera del campo. Es mi amigo como el resto de los compañeros", comenta el angoleño.


Sin embargo, también vive, se alimenta anímicamente de perforar el arco del contrincante. Por ello, puede que, cuando transformó la sutil asistencia del otro miembro de la sociedad tras un buen movimiento y un gran escorzo, los grilletes que le atenazaban se hayan soltado.


"Estoy con más confianza y seguro de que, a partir de ahora, las cosas me irán mejor", explica Manucho, quien anhela prorrogar su racha anotadora en próximos encuentros.


Con esta conexión parece que Mendilibar ha dado con la tecla correcta, siempre y cuando continúen haciendo goles y desgastando a los adversarios con su entendimiento sobre el tapete de los campos de Primera.


De momento, el maridaje Costa-Manucho deja un sabor a delicatessen que la afición vallisoletana quiere degustar durante toda la temporada, ya que éste se traduciría en una despreocupación parcial por la esencia de este deporte: el gol.