Fútbol  |  El rival del Valladolid

Cinco entrenadores y el descenso virtual de un histórico

14 de Mayo de 2011
Imagen de itorres
Escrito por
Iñigo Torres

Angel Velasco


Mientras el Real Valladolid fichaba a Javi Guerra o Antonio Calle, el Tenerife se hacía con las incorporaciones de Julio Álvarez o Antonio Hidalgo. Para muchos especialistas en la categoría el plantel que estaba formando el ‘Tete’ era el mejor, con diferencia de la ‘Liga adelante’. Con estos fichajes más la permanencia en el equipo de la columna vertebral de la campaña pasada, el ascenso directo era el único objetivo posible para un club que decidía desprenderse de José Luís Oltra.


El técnico que llevó a la gloria a los tinerfeños dejaba la isla. En su lugar llegaba Gonzalo Arconada, quién estuvo poco tiempo. La destitución del ex del Numancia fue tempranera y se convirtió en el pistoletazo de salida a un baile de entrenadores que ha terminado en cinco, sí contamos a Alfredo Merino que hizo de unión entre Arconada y su sustituto, Juan Carlos Mandiá. Tras una breve estancia del ex del Racing de Santander en el banquillo del Heliodoro Rodríguez López llegó Antonio Tapia. Sin tiempo para trabajar ambos entrenadores fueron despedidos para confiar, una vez más, en David Amaral. El tinerfeño tomaba las riendas del equipo por tercera vez en su carrera. Llegó como todos, con ilusión y confiando en los nombres del plantel. Con el paso de las jornadas apreció que no era posible. Este equipo estaba abocado al descenso a la categoría de bronce del fútbol español, un año después de que Guardiola o Pellegrini hablaran maravillas del estilo del fútbol del equipo de Oltra.


Una confianza que está resultada cara
Si el equipo en Primera demostró posibilidades y estuvo vivo hasta la última jornada fue, entre muchas cosas, por el ‘9’, por Juan Francisco Martínez Modesto, más conocido como Nino. Ahora bien, ¿cuántos directivos del Club Deportivo Tenerife se estarán arrepintiendo de no haber vendido a Nino en el pasado verano? La pregunta es absurda. Con la situación actual en la mano, nadie que pudiera volver atrás dejaría al pichichi en el equipo. Si la dirección deportiva hubiera vendido al ex del Elche o Levante, con las ofertas que llegaron en verano, el club hubiera podido hacer una reestructuración en el vestuario, que se ha visto que era muy necesaria.


Cuando un equipo entra en una dinámica negativa, con descenso incluido, lo más acertado es renovar el vestuario por completo. Para ello se necesita dinero, capital que el Tenerife tiene y que reservó para seguir pagando las mismas fichas de unos jugadores que no han dado la talla por el equipo desde el mes de agosto.


La crónica de una muerta anunciada


La poca implicación de los futbolistas ha dejado al club en una situación delicada. Este fin de semana, ganen, empaten o pierdan con el Real Valladolid su descenso de categoría está casi asegurado. Los once puntos que les separan de la salvación, con sólo 12 en juego, dictamina que el Club Deportivo Tenerife volverá a Segunda división B tras 25 años en categorías profesionales


Esta situación provocada por la mala planificación, la nefasta organización y la nula implicación hará replantearse muchos asuntos en la isla tanto a jugadores, como a directivos como a una afición que ha apoyado al club durante toda la temporada.